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principal - infos - molotov - archivo - agenda - emilio Cuatro mil personas se manifiestan en Madrid contra Ansuategui La exigencia de dimisión del delegado del gobierno une a diferentes colectivos sociales Madrid, desde mediados de noviembre del 2000, padece un aumento de la represión contra los movimientos sociales, que se visualiza tanto en campañas mediáticas contra "okupas" como en salvajes cargas policiales contra manifestaciones de asociaciones de vecinos o de sindicatos, pasando por la detención y el posterior encarcelamiento del compañero Eduardo García. La virulencia de las agresiones ha provocado que, desde diversos ámbitos, los movimientos sociales madrileños se planteen la necesidad de responder de manera conjunta a esta escalada autoritaria. La idea ya estaba en el aire cuando la Asociación Contra la Tortura y la Asociación Libre de Abogados lanzan la iniciativa de presentar una denuncia ante el Pacto de Derechos Sociales y Políticos de la ONU (pacto firmado por el Estado español) contra Francisco Javier Ansuategui, delegado de Gobierno en Madrid, por la brutalidad de las fuerzas de seguridad y por ser el responsable directo de sus aciones represivas. Para preparar esta denuncia se convoca a mediados del mes de diciembre una reunión en Madrid a la que acuden representantes de movimientos sociales, políticos, sindicatos... y en la que se empieza a esbozar la idea de una campaña unitaria por los derechos civiles y las libertades públicas y contra el delegado del Gobierno. La iniciativa no deja de ser novedosa ya que consigue reunir en la misma asamblea a organizaciones que hasta hace muy poco tiempo se encontraban enfrentadas, o que, en el mejor de los casos, eran completamente ajenas las unas de las otras. Todos los grupos parecen coincidir en el diagnostico de que para parar la generalizada involución autoritaria es necesaria la unidad en la que participen el máximo de grupos para poner en marcha una amplia protesta contra la represión. Y demostrándose la madurez de un amplio sector de los movimientos sociales de Madrid, se llega a un consenso tanto en los contenidos de la campaña como en los actos a realizar. Lo que hasta ese momento parecía imposible, sentar en una misma mesa a grupos bien diferentes, lo consigue Ansuategui. La Campaña se pone en marcha el día 2 de marzo con la presentación en una legación madrileña de la ONU de la denuncia ante el Pacto Internacional, documento que recoge testimonios de decenas de personas sobre la violencia desmedida de las actuaciones policiales y sobre recortes de derechos. En una rueda de prensa de prensa se encuadra esta iniciativa en la campaña por los Derechos Civiles. El siguiente paso, ya unido a los diversos actividades que en Madrid se empiezan a desarrollar, es un acto en el Ateneo de Madrid, en el que se hacen públicos los puntos básicos de la campaña y durante el cual un gran número de aportan su valoración de la situación represiva. En este acto se enumeró los exponentes más claros de la violencia gubernamental y la criminalización, desde las cargas policiales en las movilizaciones del 20-N y en las movilizaciones del Barrio de Santa Eugenia, la brutal actuación en las escaleras del Congreso de los Diputados contra los participantes en una sentada por la abolición de la deuda externa pasando por un resumen del caso del compañero Eduardo García. Finalmente los diferentes grupos exigieron al Ministerio Fiscal el sobreseimiento de las causas abiertas derivadas de esta política. Estas primeras iniciativas culminan con la convocatoria de una manifestación por los Derechos Civiles y las Libertades Públicas con la que los diferentes grupos exigen la dimisión del Delegado del Gobierno como símbolo del aumento represivo en Madrid. Manifestación contra Ansuategui por el centro de Madrid La manifestación contra Ansuategui se desarrolló el 17 de Marzo saliendo de la Plaza de Cibeles y terminando en la Puerta del Sol, y acudieron unas 4.000 personas, entre las que se pudieron ver a representantes de los encierros de inmigrantes, trabajadores de SINTEL, colectivos de barrio, el grupo de amigos de Eduardo García, partidos... Las consignas más coreadas se centraron en atacar al Delegado del Gobierno, en exigir la libertad de Eduardo, por la abolición de la Ley de Extranjería, pasando por el repertorio de los clásicos de todas las manis. Se consiguió que, contrariamente a lo que se ha vuelto habitual en Madrid, la policía no fuera acordonando la manifestación. Al final de la protesta un grupo de personas descolgó de un andamio de la Puerta del Sol una pancarta gigante (5 pisos de altura) que aludía al caso de Eduardo y que reclamaba el cese de los montajes policiales. Es importante recordar que el recorrido de la manifestación fue modificado por decisión de la Delegación de Gobierno, que desestimó la petición de recorrer la calle Gran Vía hasta Callao, para desembocar desde allí en la Puerta del sol. Asimismo Ansuategui recortó el tiempo de duración de la mani. Como señal de protesta la manifestación tomó un ritmo lento y se agotó el plazo marcado por la policía (dos horas), cuando el recorrido concedido podría haberse hecho en media hora. Margarita
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