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principal UPA - infos - molotov - archivo - agenda - emilio Sigue la "huelga de hambre a tumba abierta" en Turquia Tras más de 6 meses y más de 97 muertos, la huelga de los presos políticos deja bien claro que sigue el pulso contra el estado turco. En sus cárceles hay unos 12.000 presos políticos kurdos y aproximadamente unos 2.000 presos políticos de la izquierda turca, que son quienes se pusieron en huelga de hambre indefinida. El 20 de octubre de 2000, en Turquía, en 20 cárceles diferentes, unos 1.000 presos y presas inician la protesta. Con esta huelga pretenden denunciar las cárceles de tipo F (celdas de una sola persona) que lo que buscan es aislar aún más a los presos y que no se puedan movilizar. Del 19 al 23 de diciembre de 2000, la policía y el ejército turcos asaltaron las prisiones donde se desarrollaba la huelga, con el resultado de al menos 50 muertos (quemad@s viv@s, gasead@s o fusilad@s). El resto de l@s caid@s en esta huelga lo han sido pese la alimentación forzosa y tras una lenta agonía. Y pese a esta bestial represión, l@s pres@s y los familiares (algunos de ellos, también en huelga de hambre) mantienen la protesta. Pero el estado turco no parece dispuesto a ceder y replantearse su supuesta "modernización penitenciaria" que, con la excusa de aplicar una normativa "europea", pretende endurecer drasticamente las condiciones de encarcelamiento. "Desde 1990 cada año se da una huelga de hambre y acaba siempre mal, con 30 ó 50 muertos" cuenta una refugiada política kurda (ver Molotov 10). La decida presión de sus socios europeos haría que el gobierno turco cambiase de actitud, pero pese a las regañinas, las colaboraciones militar, policial, financiera, comercial e industrial siguen idénticas. En Turquía existen de más de 10.500 pres@s polític@s; desde 1980 han sido asesinadas más de 4.000 personas por la policía y los escuadrones de la muerte, hay 1.100 desaparecid@s, 7.300 peticiones de penas de muerte, 125 asociaciones políticas, culturales o sociales prohibidas y criminalizadas y en las 3 provincias del sudoeste, correspondientes a la zona kurda, impera el estado de excepción permanentemente. No es la primera vez que el sistema penitenciario turco atraviesa por una crisis de estas características. En 2 huelgas de hambre en 1984 y 1996 murieron 16 presos a partir del día 63 de su protesta, otros 15 fueron asesinados en las masacres de las ya tristemente celebres cárceles de Buca, Umraniye, y de Ulucalar.
Este último punto implica la paralización de la reforma carcelaria basada en la construcción de dichos penales. El gobierno turco insiste en que la reforma es necesaria para hacerse con el control de las prisiones "más violentas y abarrotadas del país, en las que son frecuentes los motines, los enfrentamientos entre mafias y la toma de rehenes". En concreto, la policía no ha logrado entrar en la cárcel de Bayrampasa, en Estambul, desde 1991, cuando "los presos de la extrema izquierda se hicieron con el poder".
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