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  nº 35 mayo 03

"Es evidente que la huelga “no ha sido un éxito”, en cuanto a contar con un seguimiento mayoritario por parte de los trabajadores"

CONFEDERACIÓN SINDICAL SOLIDARIDAD OBRERA
CONTRA LA GUERRA, HUELGA GENERAL. Esta consigna es histórica en el movimiento obrero, en el internacionalismo obrero. Se ha demostrado que la movilización mayoritaria a nivel mundial ha recolocado, incluso, a los sindicatos oficiales. Sin embargo, en la primera ocasión que han tenido, sus cúpulas volvieron a poner de manifiesto que su labor no es enfrentarse al Gobierno, ni poner impedimentos a sus medidas, ya sean laborales o sociales. Primero, no preparando los paros de quince minutos “convocados” (es un decir, como hemos comprobado aquí) en el ámbito europeo su coalición sindical (CES). Segundo, olvidando la convocatoria previamente anunciada de huelga general para el día 21 de marzo, convirtiéndola en otro paro simbólico de quince minutos. Tercero: reduciendo la huelga general del día 10 de abril a un paro de dos horas por turno y con traiciones incluidas (confederal de CCOO, que lo volvió a querer convertir en otro de quince minutos).

Es evidente que la huelga “no ha sido un éxito”, en cuanto a contar con un seguimiento mayoritario por parte de los trabajadores y trabajadoras en general. También ha resultado evidente que no es artificialmente trasvasable el éxito de las masivas manifestaciones contra la guerra a los puestos de trabajo, ni es lo mismo participar en esas manifestaciones y “dar un paso más de lucha”.

Sin duda, hay que destacar el férreo control informativo sometido sobre la convocatoria de 24 horas: en los medios comerciales no ha sido citada siquiera (tampoco por la Cadena Ser, altavoz oficial de las convocatorias contra la guerra). En nuestro entorno, en las empresas en las que tenemos presencia, en los colectivos y organizaciones sociales, sí ha tenido trascendencia que por primera vez se haya llevado a la práctica la consigna que en tantas ocasiones hemos mantenido y coreado.

Además, el trabajo unitario llevado a cabo en muchas localidades, principalmente por los sindicatos anarcosindicalistas CGT y CNT, tiene que dar sus frutos, sin duda positivos, para toda la clase obrera. La no asunción de responsabilidades por parte de otros (por supuesto, no sólo CCOO y UGT) también tendrá sus consecuencias, estas evidentemente negativas para esas organizaciones.
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