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nº
36 junio 03
construyendo
Entrevista
a la revista libertaria vasca Ekintza Zuzena (acción directa)
Las
revistas de reflexión deberían plantearse la necesidad de
la profundización del pensamiento
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Marcada por luchas como la ocupación, lo antirrepresivo, el feminismo,
la ecología, etc., Ekintza Zuzena (Acción Directa
en castellano) es la revista de analisis libertaria vasca de más
larga tradición, y de las más ácidas. Por no decir
que es casi la única que existe. Tras haber editado 30 números,
celebran su 15 aniversario.
Pepón
Molotov:
¿Cuál es el papel de revistas de reflexión como la
vuestra?
Ekintza Zuzena: Las revistas de reflexión deberían plantearse
la necesidad de la profundización y del desarrollo del pensamiento.
Una alternativa de comunicación debe ayudar a crear una visión
coherente y real del mundo, debe enlazar los datos e interpretarlos con
las ideas.
M.:
¿Qué consideráis que podéis aportar, en el
momento actual, al desarrollo de Euskal Herria?
E. Z.: A nadie se le escapa que la difícil situación
política que vive Euskal Herria no deja mucho margen de maniobra.
Sin embargo, la propia evolución de los acontecimientos va clarificando
en buena medida un panorama, en el que la izquierda abertzale (al margen
del hecho represivo) ha abandonado hace tiempo el desarrollo del campo
social (en lo que de innovador o alternativo en cuanto a sus prácticas
y valores pueda tener) y ha evolucionado hacia una apuesta meramente nacional
casi vacía de contenido social y directamente dependiente del modelo
de país que construye el PNV. En este sentido, nuestra labor es
la de empezar a potenciar debates sobre hechos que nos parecen fundamentales,
como la superación de la atrofia ideológica y el desarrollo
de espacios de pensamiento en los que poder intervenir e identificarse;
igualmente, en la actual situación en la que el poder se ha quitado
muchas de sus máscaras, es necesaria una labor de deslegitimación
de esas estructuras y de denuncia del papel recuperador, y reaccionario
a la postre, que juegan las burocracias izquierdistas. Finalmente, también
se presenta como urgente la difusión y el desarrollo de proyectos
revolucionarios y de iniciativas que en el ámbito de la vida cotidiana
(redes comunitarias, cajas de resistencia, apoyo mutuo, etc.) permitan
vislumbrar una alternativa real al modelo social existente.
M.:
¿Cuál es, desde vuestro punto de vista, el espacio para
el movimiento libertario en el estado español?
E.Z.: Es difícil quizás hablar de movimiento
libertario propiamente dicho en el estado español, más allá
de una cierta nebulosa de autoidentificación, ya que existen diferentes
tendencias y experiencias con desigual nivel de conocimiento o coordinación.
Lo que se puede afirmar es que este movimiento libertario
que se identifica como tal ha experimentado mayoritariamente una deriva
culturalista (ateneos, publicaciones, grupos de debate, etc.) más
definida por un discurso ideológico que por una práctica
socialmente extendida. Esta orientación culturalista podría,
sin embargo, abrir perspectivas para el cuestionamiento y transformación
de la realidad en el sentido de potenciar la clarificación del
pensamiento, la desmitificación de ciertas verdades establecidas,
el fomento del intercambio de ideas y de la crítica social o la
investigación de las formas de intervención social. Por
lo demás, y en el momento actual de fragmentación y falta
de referencias con mayúsculas, en cada realidad concreta, aquellas
personas que aspiran a una sociedad libertaria deben ir construyendo sus
propios análisis y formas de intervención.
M.:
Quince años con el mismo proyecto
E.Z.: En su trayectoria la revista ha sufrido dos cambios cualitativos.
El primero, en 1990 cuando, tras dos años de existencia, el grupo
anarquista Iraun que la editaba, decidió autodisolverse. Iraun
había surgido en una época marcada por muchas luchas radicales
en la calle: ocupación, antirrepresión, feminismo, ecología...
En un principio, al igual que otros colectivos, participábamos
en todas ellas con nuestras propias siglas y con un afán proselitista
(poniendo la organización por encima de la lucha) como consecuencia
de unas inercias políticas y militantes heredadas. Esta forma de
intervención poco fundamentada políticamente conllevó
cansancio y frustración, y se vió que era estéril,
ineficaz e incluso éticamente cuestionable. (..)
La necesidad de conseguir esta formación política (algo
no logrado satisfactoriamente a través de las formas de activismo
anteriores) y de desarrollar una capacidad de análisis y crítica
de la compleja realidad en la que nos encontramos, se traduce en la apuesta
por Ekintza Zuzena como un medio de comunicación independiente,
que rechaza la subordinación jerárquica o ideológica
frente a cualquier tipo de organización, pero que, sin embargo,
afirma su influencia libertaria en tanto concibe esta referencia como
un instrumento filosófico adecuado para ensanchar los márgenes
de la ética y el pensamiento social.
Un segundo cambio cualitativo se produce cuando la revista apuesta decididamente
por convertirse en un medio de calidad, tanto en lo que se refiere a sus
contenidos como a su presentación, lo que se traduce en que los
ritmos de elaboración de la publicación no vienen determinados
por la sujeción a fechas concretas, sino por la necesidad de reunir
una serie de materiales escritos y gráficos que en su conjunto
ofrezcan singularidad y atractivo. Este cambio supone la consolidación
de la publicación dentro de la categoría estética
de revista, aunque su proceso de elaboración asambleario,
no remunerado, y autogestionario la define esencialmente como un fanzine.
En este sentido, se otorga tanta importancia a los contenidos como a la
forma en que se organiza el grupo editor para elaborar tales contenidos.
Al abrir sus páginas se puede comprobar que, salvo apartados muy
concretos (reseñas, humor o literatura), no hay una separación
temática entre los contenidos, hecho frecuente en los medios de
comunicación de masas. Consideramos que el establecimiento de grandes
secciones (economía, política, sociedad...) es un
mecanismo más de manipulación empleado por estos medios
para compartimentar, parcializar y jerarquizar la realidad, tratando de
evitar que ésta se contemple como un todo interrelacionado.
M.:
¿Cómo funciona vuestra publicación, desde la organización
hasta la financiación, pasando por la decisión de los contenidos,
la distribución, etc.?
E. Z.: Nuestra labor no es tanto la de escribir (aunque en momentos
concretos se puedan publicar reflexiones o debates internos) como la de
buscar, valorar, seleccionar y vehiculizar los contenidos que consideramos
más adecuados en una determinada coyuntura político-social.
Por lo general, sólo escribimos en determinadas secciones de la
revista, como las de reseñas literarias o musicales o las páginas
centrales donde se incluye un suplemento de humor. Los textos, cómics,
etc. que llegan o se solicitan se reparten entre todos los integrantes
de la revista, para leerlos y valorarlos. No se realizan asambleas fijas,
sino en función de las necesidades, manteniendo unos mínimos
de funcionamiento y permitiendo que la dinámica de la publicación
no obstaculice o limite la participación en otras luchas sociales.
En las asambleas se valoran los materiales disponibles y otras cuestiones
que se planteen. La selección de los textos se realiza por consenso,
tratando por un lado de potenciar el debate y por otro de evitar el funcionamiento
democrático mayorías/minorías. No disponemos de una
redacción fija ni de medios técnicos propios.
Respecto a la financiación, al rechazar la inclusión de
publicidad y las subvenciones, ésta se realiza fundamentalmente
con las propias ventas, aunque no resulta suficiente y es necesaria la
realización de actividades complementarias (ej. conciertos), la
edición de determinados materiales de venta (camisetas, chapas,
pegatinas, etc.) o las aportaciones personales. En lo que se refiere a
la distribución, se realiza en exclusiva por canales no comerciales,
dependiendo para ello de los propios medios y de la colaboración
de distribuidoras alternativas o de personas concretas. Esta forma de
funcionar, que apuesta por la coherencia (toda la que es posible
llevar en una sociedad capitalista), está condicionada evidentemente
por la precariedad e inestabilidad que caracterizan el hecho militante
como hecho de voluntad y cuando no media el trabajo asalariado.
M.:
En los 90, más o menos la periodicidad era bimensual o trimestral;
pero actualmente editáis un numero al año: qué pasa?
E. Z.: Es cierto que la revista ha ido ralentizándose
con el paso del tiempo. Este hecho se deriva tanto de nuestras circunstancias
personales y problemas derivados de la propia estructura del proyecto,
como de una reflexión más profunda sobre el hecho comunicativo.
Tal como señalamos más arriba, se parte de la idea de la
búsqueda de la calidad. Esta calidad parte,
tanto del análisis de nuestra realidad concreta (la no dedicación
profesional, que limita el tiempo disponible) como de que en un mundo
donde la información es una mercancía más que se
difunde masivamente en el mercado, es necesario establecer una cierta
distancia y unos tiempos distintos a los que nos impone el poder. El tratar
de responder en todo momento a las coyunturas (o modas políticas
en muchos casos) puede generar una superficialidad en los análisis
o simplemente que se contribuya aún más a la notable confusión
que reina a la hora de tratar de entender lo que sucede.(..)
M.:
Nacísteis al mismo tiempo que una serie de publicaciones de un
ámbito, por llamarlo de alguna manera, alternativas,
como la Lletra A, el Sabotaje, el Resiste, etc. De esta época y
formato ya casi sólo sobrevivís vosotros, ¿por qué?
E.Z.: Si la revista ha sobrevivido, además de por suerte, ha
sido porque el grupo editor se ha mantenido comprometido todos estos años
y ha seguido viendo su necesidad, a la par que ha evolucionado tratando
de aportar elementos de análisis y reflexión acordes con
los tiempos. Ha sido importante el hecho de plantearse como una de las
bases filosóficas de la revista la necesidad de que
no se convierta en un fin en sí misma, ni en una rutina militante.
Del mismo modo, se ha hecho énfasis en la idea de que las personas
que participan en ella deben sentirla como suya, no como una fe, sino
porque sean partícipes y la vean dotada de sentido. Por último,
y no menos importante, la revista ha cumplido en cierto modo lo que debería
ser uno de sus objetivos: ser útil para un espacio social, sea
este más o menos grande, o más o menos definido.
> Ekintza Zuzena nº 30, 92 pág., 3,5 euros
Casi
cien páginas, casi ná, con articulos sobre Euskadi ahora,
sobre tecnologias de control laboral, sobre las asambleas (muy bueno),
sobre guerra de guerrillas contra el Imperio, contra la escuela... Para
relajarse y disfrutar tras esa descarga, LSD, en su amarillo medio, la
genial sección de humor. Y de guinda del pastel, sus abundantísimas
y completas reseñas de libros, fanzines y música.
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