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  nº 34 abril 03

A finales de junio un nuevo periódico en euskera llenará el hueco de Egunkaria

En la rueda de prensa en la que presentaron el nuevo proyecto, un portavoz de los trabajador@s de Egunkaria explicó que, desde que el pasado 20 de febrero, la guardia civil, bajo mandato de la audiencia nacional, clausurara el único diario integramente en euskera, “hemos estado trabajando en dos frentes. Por una parte, lograr mejorar Egunero [sustituto provisional del Egunkaria, editado al día siguiente de su cierre] con el compromiso de que estuviera todos los días en los quioscos. Y, en segundo lugar, elaborando un nuevo proyecto que pueda suplir el vacío de Egunkaria, ya que el cierre de este periódico por un tiempo mínimo de seis meses nos hace pensar que no van a volver a abrir sus puertas”. En la comparecencia se destacó que el punto de partida del nuevo periódico eskaldun fue la creación de la sociedad Euskarazko Komunikazio Taldea S.A., a finales de abril, tras una asamblea de trabajador@s. Esta sociedad nace con un capital de 60.350 euros aportados por 151 trabajador@s de Egunkaria. Estos trabajador@s han aclarado que “no pretendemos hacernos con el control de la misma, por lo que hemos firmado un documento en el que afirmamos que estas acciones pasarán a manos de una fundación que se creará para el desarrollo de la cultura y de la prensa en euskera”.
Tras constatar la necesidad de encontrar más recursos, el portavoz remarcó que “será imprescindible la ayuda de toda la sociedad. Por ello, hemos decidido una apliación de capital de hasta cinco millones de euros”, que ya se ha iniciado “mediante la venta de acciones de 50 y 300 euros”. Precisó que ninguna persona jurídica o física podrá tener más del 1,2 % del capital total de la empresa “para que pueda mantener su talante participativo y popular”.
El portavoz de los trabajador@s señaló que “el equipo de trabajo formado por los trabajador@s, la dirección y el Consejo de Egunkaria continuará en el nuevo proyecto, aunque no podemos adelantar nada sobre su conformación hasta que esté concretado totalmente.”
Por otro lado, en el terreno judicial, a primeros de mayo, en un breve auto, el juez de la audiencia nacional Juan del Olmo decretó la prórroga del secreto de sumario sobre la clausura de Egunkaria. Este juez dictaminó en marzo el cierre del diario en euskera durante seis meses. El 10 de abril prolongó el secreto del sumario durante otro mes. Con la actual prórroga, no tendrá que dictar otra resolución judicial en relación a esta cuestión hasta el 10 de junio.
Días antes de hacerse público este nuevo auto judicial, la audiencia nacional había admitido a trámite una querella presentada por la Asociación Unificada de Guardias Civiles (AUGC) por “injurias”. Según la AUGC, con las denuncias por torturas de cuatro de los diez directivos de Egunkaria detenidos tras la clausura del periódico, “no sólo se socavaría a las instituciones, sino que directamente se lesiona gravemente a los agentes del cuerpo”. Ya de paso, la AUGC, que dice agrupar a unos 20.000 guardias civiles, anunció su intención de querellarse también contra todos los ciudadanos vascos que denuncien haber sido torturados. Por su parte, el juez del Olmo, que, por obligación, tenía que haber deducido testimonio para una denuncia por malos tratos tras escuchar el relato de los tormentos que los directivos de Egunkaria desgranaron ante él cuando les tomó declaración, no ha hecho ni un sólo trámite. Baste recordar que uno de estos detenidos, de avanzada edad, se autolesionó para que le sacaran de las dependencias de la guardia civil donde estaba incomunicado en aplicación de la leguislación antiterrorista y permaneció ingresado varios días en un hospital.
Por otro lado, la presión contra el clausurado Egunkaria no ha cedido. En Zaragoza, una charla sobre la clausura del diario fue boicoteada por las autoridades en varios locales públicos. El acto, enmarcado en unas Jornadas Antirrepresivas organizadas por varios colectivos sociales zaragozanos, iba a protagonizarla un trabajador del diario. Sin embargo tuvo que trasladarse de lugar después de que el ayuntamiento impidiera realizarla en el centro cívico, cuya dirección no había puesto ninguna traba en principio. La convocatoria se trasladó a un aula de la Facultad de Filosofía y Letras, donde poco después de comenzar fue interrumpida por una supuesta amenaza de bomba. Tras desalojar la sala, el público, unas 50 personas, pudo comprobar posteriormente que el resto del edificio no era desalojado y que tan sólo se había vaciado el aula donde se celebraba la charla. El acto tuvo que trasladarse al Centro Social Autogestionado La Trama. /Pepín, fuentes: Gara, Aragón-Info.

 

 

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