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nº
36 junio 03
Entrevista
a Eusebio Figueroa, Roni, presidente de la Cooperativa de excombatientes
de la URNG Nuevo Horizonte
La
URNG no ha tomado la iniciativa de velar por el cumplimiento de los acuerdos
de paz y ponerse
al día en contra del sistema
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No siempre se tiene la oportunidad de compartir un café con uno
de los retazos de la historia de la lucha guerrillera latinoamericana.
El compa Roni, con 39 años posee el brillo en la mirada de las
personas que tras haber vivido cien mil vidas aún creen firmemente
en la utopía. Y lo hace con la sencillez de las personas que vienen
de los lodos y la arcilla. A los catorce años se echó al
monte para ingresar en las Fuerzas Armadas Rebeldes (FAR), la guerrilla
más importante del Norte de Guatemala, donde combatió hasta
la firma de los Acuerdos de Paz, en 1.996. Cuando unos años antes
se crea la Unión Revolucionaria Nacional Guatemalteca (URNG), resultado
de la coordinación de todas las guerrillas operativas del país,
Roni desempeñó puestos de dirección, siendo uno de
los promotores de su conversión en partido político. Con
la desmovilización y la entrega de las armas, el estado entregó
a su grupo un terreno yermo y aislado (a pagar en unos años) y
un saco de la Cruz Roja Española con una muda de ropa y alimentos
para unos días. Miserias. En ese lugar, con sus manos desnudas
como único recurso levantaron Nuevo Horizonte, una comunidad que
hoy ve crecer sus campos de maíz y dispone de una escuela, una
guardería y un puesto de salud. Sin embargo, la situación
en Guatemala sigue siendo tan dramática como antes de la guerra
civil, un conflicto que duró 36 años y dejó 200.000
muertos y desaparecid@s. Con un 50% de población analfabeta, posee
uno de los índices de injusticia social más elevados de
Latinoamérica (el 56% vive en condiciones de pobreza y el 16% en
condiciones de extrema pobreza, según datos del Banco Mundial).
Por ende, terratenientes, caciques y servicios secretos del estado acosan
como antaño a las organizaciones de izquierda, amenazando de muerte
a muchos de sus líderes. Nuevo Horizonte, situada en la región
de El Petén, en pleno escenario del Plan Puebla-Panamá,
no es una excepción.
Ijana
Molotov:
A mediados de los noventa, las guerrillas guatemaltecas os encontrabais
en una posición de gran fortaleza frente al gobierno ¿Cómo
y por qué firmasteis los Acuerdos de Paz?
Roni: En el transcurso de la guerra nosotros siempre estuvimos en
una posición defensiva con el ejército, pero hubo un momento
en el que empezamos a trabajar para cambiar la correlación de fuerzas,
porque estábamos estancados. Entonces en Petén empezamos
una campaña que denominamos Venceremos. Necesitábamos demostrar
con una acción que era posible y eso hicimos. Realizamos una emboscada
en la que 45 combatientes de confianza recuperamos al ejército
22 fusiles y un lanzagranadas, sin tener ni una baja. A partir de ahí
todas las unidades guerrilleras se lanzaron a realizar ataques y el ejército,
disperso, de alguna manera pasó a la defensiva. Hubo una fuerte
incorporación de personas a las unidades y empezamos a realizar
acciones más contundentes. En ese contexto nos agarran los Acuerdos
de Paz.
Comenzamos a negociar en Costa Rica, Oslo y los amigos europeos
y otros nos decían: señores, ustedes tienen mucha
razón, pero con la guerra ya no. Y en Nicaragua todos los
gobiernos latinoamericanos llegan al compromiso de reconocer legalmente
a todo aquel que llegara al poder por vía de las elecciones, fuera
quien fuera. Esto lo propusieron los compas sandinistas, que querían
asegurarse una salida, y nos superpusieron a nosotros.
Nuestros amigos comienzan a presionarnos. Tomamos la negociación
como otro frente de lucha. Militarmente aumentamos las acciones para crear
unas condiciones que permitiesen unos acuerdos verdaderamente sustantivos
para la sociedad guatemalteca. La UE presionó mucho para que firmásemos,
dándonos un plazo de tiempo muy escaso para firmar, que luego ampliarán,
tras el compromiso de participar en las elecciones. Las cosas iban bien,
pero entonces un grupo (la ORPA) comete el error de secuestrar por su
cuenta a una millonaria de la industria cementera. Se cuestiona entonces
a la URNG y aumentan las presiones y eso hizo que se firmaran los acuerdos
de manera apresurada. Nuestro plan no era firmar en ese momento, sino
dar largas para crear mejores condiciones.
M.:
O se firmaba o se volvía a la situación anterior
R.: Sí, y eso era la muerte. Al final teníamos un ejército
de inválidos, estábamos muy agotados. Y además, con
qué ibas a justificar el enfrentamiento armado ante los gobiernos
y pueblos amigos.
M.:
Desde un punto de vista estructural, ¿cambiaron algo las condiciones
de la población tras los acuerdos?
R.: Sigue todo igual o aún peor. Los acuerdos decían
que había que subir el presupuesto a la salud, a la educación
y a la vivienda y eso ha sido al revés, en vez de subir, ha bajado.
Y mientras los ministros se huevean millones y millones.
M.:
¿En qué situación quedó la URNG?
R.: Uno de los peores errores de la URNG fue su desintegración,
hubo una verdadera desmovilización política, donde desaparecen
los mandos y las conducciones políticas. Y la gente se dispersa
en masa. Entonces arrancamos una carrera loca para crear el partido, la
nueva URNG, lo que nos llevó todo un tiempo. Y cuando ya estaba
hecho el partido vimos que no tenía bases, era un partido formal,
tradicional. Nos lanzamos a legalizar el partido y te digo esto porque
yo soy uno de los promotores del partido de la URNG. Una vez que se legalizó
el partido quién bajó a las bases, quién les dio
la claridad, quién les mostró el programa si nunca existió
programa, si la URNG nunca tuvo estrategia. Entonces, ¿qué
esperanzas hay para una sociedad con una supuesta izquierda que realmente
no tiene una propuesta? En este punto es cuando viene el lío, y
nosotros, la parte Norte, nos divorciamos de la URNG. Nosotros les decíamos:
miren, tenemos que hacer un programa, tenemos que crear un plan
estratégico, tenemos que ir a las bases, tenemos una serie de iniciativas.
Y presentamos más de seis, que fueron echadas abajo. Al final nos
expulsaron porque nosotros (entonces Corriente Revolucionaria) no compartíamos
dentro de la URNG que hiciéramos cogobierno con los del FRG [ultraderecha,
partido de Ríos Montt]. ¿Cómo es posible que un miembro
del Comité Ejecutivo Nacional del partido fuera a ocupar un puesto
estratégico del gobierno?
M.:
¿Os sentisteis traicionad@s?
R.: No, en realidad, de alguna manera nos esperábamos algo
así. Históricamente la URNG fue una unidad estratégica,
en base a consenso de las cúpulas, de las comandancias, no a nivel
de mandos intermedios y mucho menos de tropas; nunca fue algo sólido.
Lo peor es que la URNG no hizo nada por velar por el cumplimiento de los
acuerdos de paz, al contrario que lo que ocurrió en El Salvador
con los compas del FMLN, que sí vigilaron por el cumplimiento de
sus acuerdos. Y hoy en día, la URNG no ha tomado el papel que le
corresponde, la iniciativa de ponerse al día en contra del sistema.
Quizás sean sus problemas internos lo que no se lo permita, pero
el caso es que en Guatemala realmente no existe una oposición de
izquierdas.
Alianza
por la Vida y por la Paz
M.: ¿Qué hicisteis entonces?
R.: Hay una cosa muy importante: nos quedamos con la base del Petén
y allí aplicamos nuestro plan, la estrategia que teníamos,
el frente de oposición, que luego se concretó
en la Alianza por la Vida y por la Paz. Paralelamente creamos un nuevo
partido, Alianza Nueva Nación, con la idea de unirnos a otros en
un Frente a nivel de todo el país. En Petén empezamos a
trabajar, formando una campaña con los compañeros por diferentes
municipios, para así formar e informar a los líderes comunitarios,
transmitiendo la idea de lucha y de unión con todos los compañeros
y aldeas. Logramos unir a todo Petén en la Alianza, con la intención
de que cada municipio estableciese su orden de prioridades mediante un
estudio y que en base a ello pudieran hacer un plan de gobierno municipal.
Esto dio buenos resultados y ahora contamos con el apoyo de varias iglesias
de diferentes órdenes, tratando de aceptar a gente que en teoría
piensa diferente a nosotros pero que quieren conseguir lo mismo; lo importante
es estar unidos. Hace meses cada cual luchaba por su lado: los maestros,
los campesinos, los de salud
Ahora hemos aglutinado en esta Alianza
a todas las organizaciones para consolidarlas y luchar todos juntos en
las reivindicaciones de todos. Por ejemplo, acabamos de lanzar una ofensiva
en todo Petén contra el Plan Puebla-Panamá, para que todo
el mundo sepa lo que va venir con el plan. Nosotros lo llamamos Pobreza
Para el Pueblo, porque pretende convertir a la zona en una reserva de
indios para los turistas, nosotros solo somos una mercancía. Pero
no solo estamos llevando a las comunidades, a las organizaciones, a las
cooperativas a manifestarse, sino que estamos planteando soluciones y
propuestas. El objetivo es ser críticos pero propositivos.
M.:
¿Qué tipo de propuestas?
R.: Andamos buscando una alternativa de mercado, que nosotros denominamos
mercado local. Esto, en la práctica, significa que,
por poner un ejemplo, si mi cooperativa tiene dos camiones pero hay otras
cooperativas que no tienen, pues entonces brindémosles el servicio.
¿Que hay que sacar los costos de los vehículos? Se saca,
y aún con esos costos, llevando nuestro propio producto hacia el
consumidor directo (de productor a consumidor) nos da ganancias, lo necesario
para que sea rentable el proyecto y para que al consumidor al final no
le lleguen superalterados los precios de los productos.
Se trata de estructurarnos entre todos, para ver qué es conveniente
producir, dependiendo de las necesidades. Si vos no producís lo
mío yo te doy y vos me das lo que yo no produzco, y en un determinado
momento podríamos volver al trueque, al dame tanto de ganado
y yo te doy tanto de cereales o algo que sea equivalente. Se trata
de llegar a convenios de este tipo, que nosotros ya estamos desarrollando
con algunas cooperativas, pero de manera muy aislada. En esa dirección
nosotros vamos, como buscando una alternativa de vida frente a lo que
el sistema nos ha estado imponiendo. Eso es la Alianza por la Vida y por
la Paz. Y eso es lo que nos mantiene viva la esperanza.
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