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38 septiembre 03 desde dentro Los presos reclaman planes contraincendio y un adecuado tratamiento de los enfermos mentales Un incendio en una celda destapa las deficiencias en materia de seguridad de la cárcel leonesa de Mansilla En la madrugada del 7 de agosto, un joven interno de la cárcel leonesa de Mansilla de las Mulas prendió fuego a su colchón, provocando un incendio que, aunque no llegó a extenderse a otras celdas, provocó una humareda tóxica que puso en peligro a un gran número de presos. Ocho reclusos y dos carceleros tuvieron que ser atendidos en la enfermería por problemas respiratorios. Estas consecuencias, según los internos, podían haberse minimizado si el centro tuviese un adecuado plan contraincedios e hiciese un seguimiento de los enfermos mentales, que actualmente conviven con el resto de reclusos. Este es el testimonio de uno de los presos afectados por el incendio: Me
despiertan fuertes golpes en las puertas, estoy atontado y lleno de humo
en la celda, tengo la ventana abierta y hay una columna de humo que sube
del piso inferior a mi derecha, rápidamente llamo por el interfono
y cierro la ventana para evitar el humo, nadie contesta a mi llamada,
insisto, aporreo la puerta, la celda se sigue llenando de humo, supongo
que es por la ventilación, pongo una esponja dentro del tubo de
la calefacción, siento síntomas de ahogo, mojo una toalla
y me la pongo como mascarilla, esto me alivia un poco. Dentro de la celda
no veo nada, sigo aporreando la puerta y llamando al timbre, nadie responde,
creo que el humo entra por la rejilla de ventilación que está
encima de la ducha, no puedo taparla, no veo nada, abro la ventana y tengo
que cerrarla por el chorro de humo que entra. Golpeo la celda de al lado
(la 52) y no responden, pienso que están KO pues a ellos les tiene
que entrar más que a mí, les pilla de lleno el incendio
que no llego a situar con exactitud de dónde es. Hay gritos, histeria
y miedo, sigo mojando la toalla y empiezo a tener mareos, me siento impotente,
han pasado 22 minutos desde que llamé por primera vez, por fin
nos abren la puerta, creíamos que no querían hacerlo, siento
alivio al salir al pasillo. Juan José Rego Vidal. Apoyan el escrito 33 internos más.
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