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  nº 40 noviembre 03

Los desafíos del pueblo kurdo



La cuestión kurda, de un pueblo sin estado, dividido entre Turquía, Siria, Irak e Irán, ocupó las primeras páginas informativas con la intervención de EEUU en Irak. La perplejidad que causó la alianza de los partidos del Kurdistán iraquí, UPK y PDK, con los estadounidenses, llevó a much@s a preguntarse qué estaba pasando para que esos partidos colaborasen en esta guerra y apoyasen la ocupación norteamericana. Con este articulo os ofrecemos un repaso de la situación actual en el Kurdistán bajo control iraquí y turco.

AURORA LAGO*

El Kurdistán iraquí ha sufrido la represión de Irak desde el reparto del Kurdistán en 1926. Fueron los ingleses los primeros en lanzar sobre territorio kurdo bombas incendiarias, cuando ayudaron al Rey Faisal a reprimir una revuelta kurda en los años veinte.

A todos nos viene a la memoria el terrible bombardeo de Halabja con armas químicas, suministradas por EEUU, en plena guerra entre Irán e Irak y ante el cual la comunidad internacional no reaccionó, ya que en esos momentos Irak era un país amigo. Asimismo, durante los ocho años de guerra irano-iraquí, Turquía entró varias veces al Kurdistán de Irak para aplastar la rebelión kurda, participando de forma destacada su aviación. En abril de 1985, cuando las organizaciones kurdas y el gobierno iraquí llegaron a un acuerdo, antes de ser publicado, Turquía amenazó con entrar en territorio kurdo si dicho acuerdo se llevaba a la práctica.


Con la primera guerra del Golfo en 1990, las promesas que hizo la coalición internacional liderada por los EEUU, para incitar a la sublevación kurda, fueron olvidadas, y los kurdos, traicionados, iniciaron un éxodo masivo.

Posteriormente se creó la zona de exclusión, que junto a la del sur de población chiíta, no se hizo con la intención de proteger a estas poblaciones, sino para dividir Irak y debilitar al gobierno iraquí. La zona de exclusión kurda fue instrumentalizada para fomentar enfrentamientos entre los dos partidos kurdos por el reparto de zonas de influencia e intereses económicos, dejando de lado cualquier política en beneficio del Kurdistán.

En la guerra que acaba de terminar con el resultado de una ocupación colonialista, los kurdos, después de haber combatido en primera línea, fueron retirados de las principales ciudades petrolíferas como Kirkuk y Mosul. Turquía ya advirtió que no consentiría que se concediese a los kurdos ningún tipo de derechos que pudiesen significar un territorio con autonomía. El miedo por parte de Turquía a un efecto dominó en otras zonas kurdas, especialmente en el Kurdistán del norte (turco), así como el control de las ciudades de Mosul y Kirkuk, fueron el causante del desacuerdo entre EEUU y Turquía. Por este motivo, el gobierno turco no permitió el paso por su territorio de las tropas norteamericanas para atacar Irak, al no ser aceptada una importante presencia militar turca en el Kurdistán Iraquí. Los estadonidenses buscaron otra alternativa, ya que el conflicto que se iba a provocar entre los kurdos y turcos iba a desestabilizar una zona en guerra.

Aún así, los turcos lograron un acuerdo para enviar aproximadamente 1.000 militares, con el pretexto de salvaguardar su seguridad ante una posible avalancha de refugiados. Hay que recordar que Turquía tiene presencia militar en Kurdistán iraquí desde 1994, so pretexto de reducir al PKK, controlando esta zona y violando el derecho internacional. (...)

La ocupación de Irak: la ocupación de la zona kurda
De las bases militares que se van a construir en Irak, la de Bashur está en el Kurdistán del Sur, y el tiempo nos dirá quién va a llevar a cabo la represión contra el pueblo kurdo, si este se subleva ante las promesas incumplidas. El dirigente kurdo Mustafá Barzani (padre del actual dirigente Masud Barzani) declaró que el mayor error político a lo largo de su vida fue sin duda “confiar tanto en los EEUU”.

La pasividad internacional ante la violación de los derechos del pueblo kurdo en todos los países donde está repartido, la doble moral e hipocresía (...), siguen convirtiendo al Kurdistán en un instrumento en manos de los EEUU y de sus aliados.

Turquía y el Kurdistán
Si uno de los argumentos que ha utilizado EEUU para la intervención y posterior ocupación de Irak ha sido la situación del pueblo kurdo, ¿qué hacer con Turquía, cuya dilatada historia de represión y genocidio con los kurdos llega a nuestros días? Históricamente, desde su fundación como estado, Turquía se ha destacado por ser el país más beligerante de entre los que está repartido el Kurdistán. Se ha destacado en la represión y aniquilación de cualquier aspiración del pueblo kurdo, bien dentro de su territorio, o en otras partes del Kurdistán.

Desde 1924, en que Ataturk proclama la República de Turquía, hasta 1938, hay 14 sublevaciones exigiendo el respeto de los derechos humanos nacionales del Kurdistán; estas fueron reprimidas con una violencia inusitada. Durante estos 13 años murieron más de un millón de kurdos. (...)

Desde 1938 hasta 1965, el Kurdistán de Turquía fue cerrado a los extranjeros. Cualquier elemento referido a este pueblo fue eliminado del lenguaje, de las enciclopedias, de los museos, de los libros de historia. La pronunciación de las palabras kurdo y Kurdistán podían suponer la muerte.

En todos estos años, Turquía ha continuado con una política de genocidio contra el pueblo kurdo, y su candidatura al ingreso en la Unión Europea no ha modificado su política, incumpliendo las recomendaciones que se le hizo en la reunión de Helsinki en 1999. Siguen siendo habituales las torturas y las desapariciones; la lengua kurda -a pesar de las declaraciones del gobierno turco- no se puede utilizar; no hay escuelas que enseñen en kurdo y su uso en el Kurdistán ocasiona problemas; la libertad de asociación ha sido nuevamente conculcada ilegalizando al HADEP, a los pocos meses de que el tribunal de Estrasburgo condenara a Turquía por la ilegalización del DEP; cuatro de sus diputados siguen en la cárcel, entre ellos Leila Zana (por haber cometido el delito de pedir la Paz para los turcos y los kurdos, y una solución política a la cuestión kurda).

La coyuntura actual
En la coyuntura actual de la ocupación de Irak, la urgente necesidad de los norteamericanos de tropas de otros países para apoyar a las suyas y evitar que estén en primera línea -por los costes en muertes que les está suponiendo-, ha llevado a pedir a Turquía el envío de tropas a Irak.

El parlamento turco, en contra del sentir de la población, aprobaba (con sustanciosa contrapartida económica) [a mediados de octubre] el envío de tropas. Pero tanto los países de la zona, como el consejo provisional iraquí y sobre todo los kurdos, están en contra de que Turquía entre en el país. La consecuencia para los kurdos es un enfrentamiento armado, que ya han anunciado. Y al resto de la población le trae el recuerdo del imperio Otomano. Esta oposición y sobre todo sus consecuencias, que dificultarán aún más la ocupación norteamericana, han hecho que de momento se paralice la entrada de las tropas turcas.

Otro elemento importante es la ruptura del alto el fuego, el 1 de septiembre de 2003, por parte del KADEK (PKK), que de forma unilateral mantenía dicho grupo desde 1999. La incapacidad por parte de Turquía para lograr una solución política a la cuestión kurda, ha hecho que se vuelva a la lucha armada, con las consecuencias que esto va a tener no solo para Turquía sino para toda la zona.
Los kurdos del norte han dado un plazo de dos meses y han planteado una serie de propuestas.

Hoja de Ruta del KADEK
El 2 de agosto, el Consejo Ejecutivo del KADEK presentó su nueva estrategia llamada “Hoja de ruta para una solución pacífica y democrática de la cuestión kurda en Turquía”. En dicho documento el Consejo Ejecutivo del Congreso para la Democracia y la Libertad del Kurdistán (KADEK) analizaba la situación. Del periodo reciente, es decir, desde el alto el fuego decretado unilateralmente por el PKK el 2 de agosto de 1999, el KADEK constata que los numerosos llamamientos, comunicados e informes proponiendo soluciones pacíficas y democráticas a la cuestión kurda no han tenido ninguna consecuencia práctica: “Bien al contrario, la represión ha aumentado y las operaciones militares se han vuelto continuas”.

Pero la gota que ha hecho desbordar el vaso -o, mejor, las tres gotas- son la Ley de Arrepentimiento, que incita a la delación, votada por el Parlamento de Turquía y “cuyo único objetivo es la eliminación del KADEK”; el acercamiento de Turquía a Irán y Siria sobre la base de la “negación del pueblo Kurdo” y el proyecto de despliegue de tropas turcas en Iraq que se considera un medio radical de eliminar, con ayuda de EEUU, las defensas de los combatientes kurdos de Turquía.
En respuesta a ello, el KADEK, desde la idea de, si Turquía acepta negociar, “adherirse al espíritu de cohabitación con el pueblo de Turquía y (...) garantizar el respeto a la legalidad”; preconiza una nueva estrategia que pone fin al alto el fuego unilateral -ya se han señalado enfrentamientos- y exige un alto el fuego respetado por las dos partes acompañado “de una hoja de ruta”, que garantice un cambio de mentalidad, y de un calendario de negociación en tres etapas. Igualmente fija para Turquía un marco y un calendario de negociación, y lanza un llamamiento a:

* La Unión Europea: invitada “a desempeñar un papel de mediador en la puesta en marcha de la hoja de ruta, papel que Europa tiene además en la cuestión chipriota”.
* Los EEUU: “no se puede encontrar solución alguna al problema kurdo en Turquía en una confrontación entre EEUU y el KADEK”, y añade que “quisiéramos invitar a EEUU a establecer contactos”.
* Los Estados de la región y a las fuerzas políticas kurdas en el Kurdistán del Sur (norte de Iraq), garantizándoles que la resolución de la cuestión kurda será una garantía de prosperidad y de democratización para todo Oriente Medio, en el respeto de las fronteras existentes.
* Y a las fuerzas democráticas de Turquía: sindicatos, sociedad civil, organizaciones no gubernamentales, intelectuales y artistas, a la prensa: “No dejéis a los políticos la tarea de solucionar esta cuestión: sólo actuarán empujados por la opinión pública”.

En conclusión, el KADEK considera que Turquía ha llegado finalmente a una encrucijada y que ya no puede continuar por más tiempo su política de “ni guerra ni paz”. Eligiendo la paz, “Turquía saldrá beneficiada” y “la cuestión kurda dejará de constituir una fuente de inquietud”. Esta propuesta de negociación por parte del KADEK puede abrir la puerta para iniciar la búsqueda una solución pacífica a la cuestión kurda.

* Coordinadora del Centro de Estudios y Documentación del Kurdistán. Resumen de Demetrio Patocho.


 

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