¡Viva la Comuna!

El grito del pueblo Volumen 1:
los cañones del 18 de marzo
Adaptación y dibujo de Tardi, según una novela de Vautrin
Norma Editorial, 2002, 80 pág., 21 euros

Estamos ante una maravilla de cómic. Se fundamenta en un buen guión, mezcla de novela negra (por su crudeza en la descripción de la miseria y maldad humana), de intriga policiaca “tradicional”, de historia de amor (entre un capitán desertor del ejercito, para unirse a la Comuna, y la amante del rey de los bajos fondos), de manifiesto político (por su descripción y análisis de la situación social, por su toma de partido para con el pueblo/proletariado/multitud), y de relato histórico (por su fresco del momento: ricos, pobres, polis, ladrones, etc.; por su puntillosa reconstrucción de los hechos).

Y se despliega gracias al virtuosismo gráfico de Tardi, uno de los grandes del cómic francés. Un dibujante (entre otras cosas) claramente comprometido (con el antimilitarismo, como atestiguan sus relatos sobre las trincheras en la guerra de 1914, etc.) que dibuja como le da la gana: ahí están sus reproducciones, casi fotográficas, de las calles de París.

Un canto a la vida, a la búsqueda de la justicia social, un homenaje a ese proletariado, que desde la más absoluta indigencia y miseria, es capaz de darlo todo por poder vivir digna y libremente, llevando a cabo la primera revolución anticapitalista de la historia. Y lo pagó muy caro.

Todo ello, en una edición de lujo (con funda de cartón y todo) con sólo dos inconvenientes: su precio, y que por ahora la historia abarca cuatro volúmenes, de los que en castellano sólo hay uno editado.

Roberto Carlos