CRÓNICA DE UN HACKMEETING Supongo que mi experiencia siempre será limitada, recortada sobre un fondo que sólo tod*s en comunicación absoluta podremos dibujar. Supongo que mi experiencia es fragmento de un puzzle que duró todo el fin de semana y varios sueños más. Mi crónica no es LA crónica del hackmeeting, ni pretende serlo. Pero es experiencia que quiere ser contada, relatada, difundida y sobre todo compartida. Así que aquí me leo reconstruyendo mis pensamientos en la pantalla, contando lo que fue el hackmeeting. Es este un relato para quienes no estubieron y quizás, más bien sobre todo, para quienes estubieron, para quienes lo hicieron posible. En un proceso distribuido, trabajando en paralelo y coordinado virtualmente se fue gestando el hackmeeting entre Italia, Holanda, Alemania, Barcelona, Leioa, Madrid, Canarias, Llodio, Málaga, y un largo etcétera de geografías dispersas, de autismos conectados, de pantallas reflejadas en otros tantos cortex. Según se acercaba la fecha, un punto en el tiempo (estirable por un fin de semana), marcada en inumerables calendarios y neuronas, una pequeña gran conspiración crecía en la historia del tiempo para hacer surgir el segundo hackmeeting del estado. He de reconocer que estaba nervioso, inquieto, era mucho tiempo y esfuerzo invertidos para un instante de 52 horas del que desconocía el resultados. No conocía a nadie de la lista excepto a viktor, jonjo, pik, joseba y la peña del gazte.Seguía sin conocer a nadie en el hackmeeting, los nombres no me eran suficientes, quería llegar a las personas, reir con ellos, compartir... y descubrí que conocía a tod*s, los mismos chistes, las mismas miradas, los mismos proyectos, las mismas ilusiones, la misma forma de trabajar, y otras nuevas, todas conexiones de fuerza sobrecogedora. La gente comentaba lo solos que se sentían (en sus diversos lugares de origen), que no podían hablar con la gente que les rodea de las cosas que les gustaban (informática, política antagonista, comunicación, tecnología, hacktivismo, etc..) y nos mirabamos reconociéndonos mútuamente, a cada palabra, a cada paso, en cada charla, en cada taller, se daba un encuentro intenso. Las comunicaciones tímidas de los primeros instantes dieron pie a una espiral comunicativa e inteligente que rompió los moldes de cualquier espectativa: la información empezada a fluir en todas direcciones provocando experiencias impredecibles, talleres expontáneos, conferencias en la barra... conectando proyectos aislados, impulsando nuevos saberes, insinuando futuras prácticas, estallando en risas y pintando teclados de colores para acabar reconociendo nuestras dependencias afectivas, tecnológicas, comunicativas, místicas y políticas para un futuro siempre incierto. Nueva gente llegaba para instalar su ordenador entre dos huecos, por encima de los cables pero no de las personas. Una charla de vida artifial, política y bacterias daba pie a un taller de los últimos programas para que los empresarios espíen a sus empleados. Entre los versos de amor de un hip-hop improvisado se colaban las bibliotecas de una debian recién instalada. Un taller interrumpido dejaba abiertas conclusiones inquietantes para terminar comiendo pasta entre una descarga de ftp y la complicidad de un nuevo amigo a tus espaldas. Gentes durmiendo entre los sueños de un programador de viruses despertaban junto a periodistas que decidían quedarse en el encuentro a disfrutar, aprender y comunicar. Paseos por el antiguo gaztetxe de Mendibile acompañados de conversaciones intensas sobre la tensión fundamental del universo entre el código cerrado y el abierto, terminaban en una re-unión de sindominio en la que se planeaban rituales jamás imáginados sostenidos sobre complicidades aún por descubrir. La red, la tecnología, las ilusiones, esperanzas y destornilladores se unían en un caos autoorganizado del que brotaban nuevos problemas, escritorios desconocidos, manuales de asambleas y ejecutables de confianza. La venganza de que se haya acabado el hackmeeting será otro hackmeeting el siguiente año (y siempre), dos hacklab nuevos por el momento (bilbo y madrid) y un posible hackmeeting europeo. Ha sido maravilloso experimentar con la tecnología de dentro de un año, caminar en el conocimiento 10 años por delante de las universidades, autoorganizarnos 100 años por delante de la historia, construir experiencias que valen por 1000 años. Gracias a tod*s, eskerrikasko, Xabier.