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VERSIÓN ODT (OpenOffice): TAZ 2.0

TAZ 2.0:

servidores autónomos e infraestructura global de los pueblos

Del 19 de agosto al 3 de septiembre, cinco ciudades francesas acogieron la conferencia bianual de la AGP. La AGP (Acción Global de los Pueblos) es una plataforma de coordinación de múltiples colectivos de base que se oponen a la globalización destructiva optando por la acción directa y por la construcción de redes de cooperación solidaria. Una de las ciudades francesas de acogida ha sido Dijón, sede de pRiNT! , el primer hacklab francés alojado en el Centro Social Okupado y Autogestionado (CSOA) Les Tanneries. Allí se han reunido, durante una semana, hacktivistas de todo el mundo en el bloque de “Luchas Digitales” de la AGP para debatir protocolos de seguridad y solidaridad frente a la represión digital, intercambiando recursos y experiencias. Una oportunidad inmejorable para echar un vistazo a la tecno-diversidad del ciberespacio alternativo y explorar qué son y cómo funcionan los servidores autónomos.

Zonas Temporalmente Autónomas

En 1991 Hakim Bey, autodenominado anarquista ontológico y terrorista poético, publicó TAZ (siglas en inglés de Zona Temporalmente Autónoma), uno de los escritos con mayor influencia en la cibercultura rebelde. En él se vislumbra una forma de producir libertad política por debajo del idealizado momento insurreccional y el sacrificio revolucionario. Se trata de crear espacios gobernados por sus propios principios, evitando la confrontación directa para crear brechas de creatividad y solidaridad imprevisibles, imposibles de cartografiar, siempre dinámicos y capaces de crear a partir del caos comunicativo nuevas realidades sociales.

El por entonces casi desconocido ciberespacio sugería la posibilidad, casi ilimitada, de crear y recombinar estas “islas en la red”. Años más tarde, algunos servidores de Internet comenzaron a autodenominarse Zonas Temporalmente Autónomas: experimentos de gestión distribuida y horizontal de recursos técnicos, conocimientos e información. Claro que cuando Hakim Bey escribía TAZ el ciberespacio apenas contaba con las BBS, algunos grupos de phreaking y un uso limitado del correo electrónico. No hace falta decir que las cosas han cambiado significativamente. Donde antes campaban tribus nómadas de hackers hambrientos de caza y recolección de conocimiento hoy se alzan edificios corporativos repletos de centros comerciales de Microsoft, multicines del consumo de bits y un cibercontrol gubernamental sin precedentes del espacio público y común que debería ser la red.

Hace tiempo que el ciberespacio ya no es un lugar necesariamente subversivo, nada tiene que ver la Internet de hoy con las antiguas BBS gestionadas en ordenadores caseros y conectadas por llamadas telefónicas locales. Nadie duda de que es posible (e incluso divertido) montar un servidor casero con una conexión ADSL a 30€ mensuales, tampoco cabe dudar de que no servirá de nada en cuanto un número mayor de 20 usuarios intente conectarse simultáneamente, mamá decida apagar el ordenador o cuando la policía china considere que algo en ese disco duro resulta molesto para el régimen. La mayoría de los servicios reales de la red los controlan las grandes multinacionales que explotan a las comunidades virtuales de usuarios como si fueran granjas-fábrica de animales culturales, ordeñando nuestros datos comunicativos para mejorar sus ventas y aumentar sus beneficios. Pero aún existen lugares en la red que permanecen libres, donde cada uno aporta lo que económicamente y técnicamente puede, espacios en los que administrar colectivamente las máquinas que sostienen nuestra comunicación y nuestro conocimiento; son los servidores autónomos de la red, las comunidades que los crean y los habitan. Surgen del deseo de generar en el ciberespacio las experiencias comunitarias vividas fuera de él, del afán de experimentar libremente con las posibilidades comunicativas de las TIC (Tecnologías de la Información y la Comunicación), de conectar protestas y coordinar ciclos de resistencia dentro y fuera de la red.

We are everywhere

“Estamos en todas partes” es uno de los lemas de la AGP; desde Alemania hasta Méjico pasando por Australia e Italia, Canadá o Francia, la diversidad de servidores autónomos es una de sus riquezas. Entre ellos, riseup.net es uno de los más conocidos, con más de 20.000 cuentas de correo y cerca de un millón de personas suscritas a sus listas de correo; 12 servidores en marcha para mantener comunicados a los pueblos en la aldea global. Afincado en Seattle, Riseup es más que un servidor de cuentas de correo y hosting para webs alternativas: manuales de uso, documentación sobre seguridad y ayudas para el uso de software colaborativo conforman un espacio sociotécnico cuyo “propósito es ayudar en la creación de una sociedad libre”. Si, como dice el manifiesto del servidor australiano cat.org.au (que nace de las okupas australianas), “la información es poder”, su gestión horizontal sin jerarquías ni censuras es una condición previa para crear esa sociedad libre. Una sociedad donde la tercera revolución industrial (la telemática) exige “poner en el centro del juego a la comunicación” como dicen los compañeros de la red italiana ecn.org (European Counter Network), una de las pioneras en Europa. Junto a ella creció también nadir.org en 1995, creada por miembros del Caos Computer Club y parte del movimiento antifascista alemán. Al igual que muchos otros servidores autónomos, los hackers que administran Nadir han desarrollado también herramientas de comunicación horizontal para no-expertos: es el caso de la plataforma de publicación abierta MIR que usan muchos servidores de indymedia.org (la red de contrainformación más grande del planeta ---con más de 150 nodos distribuidos por los 5 continentes). Otro de los clásicos pioneros es tao.org (The Anarchist Organization, ahora rebautizado como OAT: Organización para la Autonomía de las Telecomunicaciones) hermanado con interactivist.net, un servidor autónomo situado en el hacklab de la okupa ABC No Rio de Nueva York. Interactivist mantiene un portal de noticias junto con Autonomedia (la editorial neoyorquina que publicó originalmente la obra de Hakim Bey). La página principal de muchos servidores autónomos hace de portal en el que visibilizar las novedades de los colectivos alojados. Es el caso de nodo50.org que aloja hoy recursos digitales para más de mil organizaciones hispanohablantes.

Pero no se trata sólo de “asistir” a los movimientos sociales en sus necesidades digitales, sino de romper las relaciones cliente-servidor que caracterizan el consumo tecnológico, romper la brecha digital que separa a expertos y analfabetos digitales reproduciendo asimetrías de poder en las políticas de la comunicación. Con esta idea surgió sindominio.net, un servidor de habla hispana que “apuesta por la inteligencia colectiva” y por crear un espacio “de recomposición de vínculos sociales a través del aprendizaje recíproco y de la libre circulación del saber”. En SinDominio se inspiró espora.org para recrear un experimento similar en territorio Mejicano. En ámbos proyectos se dan cita diversos movimientos sociales para aprender conjuntamente a administrar el servidor, conscientes de que las decisiones técnicas son también y, sobre todo, decisiones políticas. Por eso el software libre, que permite un aprendizaje transparente, un acceso gratuito al software y la posibilidad de modificación y desarrollo sin dependencias, es una apuesta común de todos los servidores autónomos.

Sin embargo, a pesar de las oportunidades que brinda el software libre, no resulta fácil que las usuarias administren colectivamente un servidor sin privilegios y sin centralizar tareas. Para ello boum.org (un servidor autónomo francés que aloja unas 3.500 cuentas de correo) ha creado una herramienta de administración colectiva llamada metche. Metche envía un email a la lista de administradoras de la máquina cada vez que se realiza un cambio importante de configuración, instalación, etc., con lo que todas las administradoras pueden aprender de lo que hacen las demás, corregir y coordinar la gestión del servidor. Además, metche guarda un historial de cambios para poder deshacer entuertos. La probabilidad de que un cambio inexperto o descuidado comprometa la seguridad y estabilidad del servidor se reduce a través de un protocolo: al principio el cambio funcionará en modo unstable (con la posibilidad de volver a la configuración anterior automáticamente), si el cambio funciona al cabo de un día pasa a estado testing y finalmente, pasados 3 días, si ningún administrador se opone, se ejecuta definitivamente el cambio y se convierte en stable.

Tampoco es fácil mantener económicamente la infraestructura y la conexión de las máquinas. La mayoría de los servidores autónomos funciona en base a donaciones y/o cuotas voluntarias (que pagan los usuarios dependiendo de sus posibilidades). Unos pocos ofrecen además servicios comerciales con cuyos beneficios cubren los costos del servidor. Finalmente, algunos colectivos de administradores y programadores se han organizado en forma de cooperativas de economía participativa. Es el caso de koumbit.org, situado en Montreal, que además de alojar a activistas es un colectivo de 20 profesionales que viven del software libre y desarrollan, entre otras cosas, un módulo de Drupal para facilitar la toma de decisiones colectivamente: decisions.gnuvernance.org.

Cortar los cables: hacia una infraestructura libre

A pesar de la gestión colectiva, la posesión de las máquinas y los diversos protocolos de seguridad que puedan implantarse, la red depende, en última instancia, de las grandes operadoras de telecomunicaciones. Quien tiene el poder de cortar el cable tiene el poder último. Por eso algunos servidores autónomos se han lanzado a la aventura de ir más allá de tener un servidor en un data center. El proyecto communitycolo.net o CCCP (Californian Community Colocation Project) alberga servidores ofreciendo garantías de seguridad y privacidad de forma gratuita y aloja ya a más de 130 servidores desde 2001. Iniciativas paralelas han surgido en Seattle, Chicago, Toronto, Washington o Nueva York. Gitoyen.net es un proyecto francés más ambicioso aún, que ha conseguido ya generar una infraestructura ciudadana (sin ánimo de lucro) de Internet, convertiéndose en todo un operador de telecomunicaciones: data centers, POPs, puntos de intercambio de información (como pouix.net) y enlaces de pares entre redes (con otras 124 redes). Gitoyen está compuesto por tres organizaciones sin ánimo de lucro, globenet.net (otro servidor autónomo francés), fdn.fr, y gandi.net (un registrador de dominio a precio de coste) y tres empresas (AlternB, Cursys y Netaktiv).

Otro proyecto que merece una mención especial es free.de. Surge en Dormund (Alemania) en 1991 para coordinar algunas protestas contra la guerra del golfo, ofreciendo direcciones de correo y servidores de noticias. Junto al FREE! Internet café se convierte pronto en toda una referencia de la gestión alternativa de las TIC. Poco a poco termina siendo toda una ISP (proveedor de servicios de Internet) que ofrece conexión vía telefónica y gestiona varias cabinas de servidores desde un espacio autogestionado. En la actualidad Free! es también una red libre local que conecta espacios okupados y otros colectivos activistas. Sin duda las redes wireless permiten pensar en una verdadera alternativa al control corporativo de la infraestructura de Internet; si no hay cable, nadie puede cortarlo, nadie ostenta el poder de controlar la comunicación. De hecho, Gitoyen ya a empezado a usar conexiones wimax (última generación wireless de larga distancia) para aumentar su independencia. Mucho más cercano y modesto, pero no por ello menos interesante, es la cooperativa barcelonesa XarxaSenseFils, también presente en la reunión de la AGP. Esta iniciativa ha creado ya una red de nodos wifi con acceso a Internet que cubre gran parte de la capital catalana, ofreciendo acceso gratuito a la red (de pago para salida a Internet sólo para usuarios privados).

R de Retención de datos o ... ¿de Resistencia?

La seguridad y la privacidad de la información contenida en estos servidores fue uno de los temas centrales de la reunión de la AGP. Muchos han sufrido los secuestros de sus servidores por parte del FBI o de la policía local, otros intrusiones que ponen en peligro la privacidad de sus habitantes. Con el objetivo de resolver algunos de estos problemas surje el proyecto R* del servidor italiano autistici.org. R* de Resistant & Resilient (resistente y fluido), surgió como respuesta a la intrusión de la policía italiana en el servidor durante todo un año (intrusión que se realizó accediendo al proveedor de acceso y desconectando la máquina). Hasta su implantación, R* se ha mantenido en secreto pero existe ahora una documentación pública disponible de cómo montar este sistema de seguridad. R* consiste en un anillo de servidores conectados a través de una VPN (una red privada virtual) donde los datos de las usuarias están cifrados y distribuidos entre todos los servidores cuyos discos duros están particionados y cifrados debidamente. Una base de datos LDAP contiene los datos de los usuarios replicados en cada uno de los servidores, evitando así que el secuestro de uno de ellos haga caer la funcionalidad del anillo. Los hackers de Autistici han tenido que desarrollar también software para administrar todo el sistema que ya está en marcha (con servidores distribuidos por todo el planeta) gestionando sus más de 5.000 cuentas de correo, páginas web, anonimizadores y remailers.

Lo que más preocupa en estos momentos es, sin duda, la ley de retención de datos aprobada recientemente en el parlamento europeo. Esta ley exige a todos los ISP y, potencialmente, a los servidores autónomos, mantener guardados los datos de acceso al servidor. Esto implica, para empezar, una importantísima merma de la intimidad y la privacidad de los millones de internautas europeos y también hace peligrar en la práctica la libertad de expresión de otras tantas personas de todo el mundo. Para cada vez más hacktivistas, la solución a corto plazo contra este recorte de libertades, pasa por la red de anonimizadores TOR: un software impulsado por la Electronic Frontier Foundation y que permite navegar la red de forma segura. Además los servidores de TOR pueden ofrecer “varias clases de servicios tales como publicación web o un servidor de mensajería instantánea.”. Si los servidores autónomos difunden el uso del cliente TOR y se convierten en servidores de este protocolo, podrá generarse fácilmente toda una red de “servicios autónomos” que preserve el anonimato y la libertad. En combinación con los remailers anónimos de correo electrónico de tercera generación (como Mixminion), la adopción de este tipo de sistemas de cifrado y seguridad permitiría hablar del surgimiento de una nueva era para las “islas en la red”.

Servidores autónomos 2.0

Durante el bloque de “luchas digitales” el único tema de discusión no fue la seguridad, la solidaridad entre servidores o los programas de administración colectiva. La moda de la Web 2.0 marcó un punto importante de reflexión. Los hábitos de comunicación están cambiando en la red. Los foros de noticias se están atomizando en blogs individuales y las redes sociales están creciendo gracias a tecnologías específicas como las sindicación de contenidos usando tags o anillos de confianza y afinidad. Algunos servidores autónomos han empezado a crear comunidades virtuales gracias a estas tecnologías. Es el caso de SinDominio que ha instalado su propio servidor de blogs. Empiezan también a discutirse modelos de comunicación colaborativa para una posible Indymedia 2.0, que permita a las lectores filtrar las noticias de acuerdo con su afinidad con otras usuarias o en base a criterios temáticos abiertos y colaborativos. Reprogramar los servidores de noticias de Indymedia en Ruby on Rails (una tecnología de diseño web de nueva generación) permitiría además unificar la administración e instalación de nodos de Indymedia y centralizar los esfuerzos de desarrollo.

Pero la discusión y las posibilidades van más allá. CATs, un colectivo de desarrolladores de software anarquistas norteamericanos, está desarrollando una plataforma de comunicación, coordinación y toma de decisiones llamada Crabgrass. Las usuarias podrán asociarse en colectivos (además de las redes sociales que surgirán del mapeo automático de sus comunicaciones en el servidor). Los foros no sólo implementarán la posibilidad de discutir temas sino de tomar decisiones a través de diversos métodos y técnicas de democracia directa (desde la votación simple al consenso no excluyente). Los envíos de noticias se podrán etiquetar, sindicar y cada usuaria podrá consultar las últimas noticias directamente relacionadas con sus temas de intereses o con el colectivo al que pertenece. Además dentro de cada colectivo podrán asignarse diversos roles y adaptar igualmente sus espacios personales a las noticias relacionadas con su rol (por ejemplo si cumples la función de tesorero dentro de una ONG recibirás noticias directamente relacionadas con formas de administración o subvención). Finalmente incluirá módulos de groupware (software para coordinar la acción y planificación en grupos) como fechas de reuniones, tareas pendientes, etc. Todo ello con las medidas de seguridad centralizadas en el servidor al que poder acceder vía TOR para garantizar la privacidad.

Más coordinación, más solidaridad, mayor seguridad y privacidad, mayor independencia de las multinacionales y nuevas oportunidades tecnológicas. Todo ello para coordinar, informar y crear espacios para el cambio social, herramientas y recursos libres y adaptados a las necesidades de la democracia directa. Las TAZ 2.0 están en camino, para quedarse.

Evhack (evhack.info@gmail.com)

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