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Asamblea contra el Tren de Alta Velocidad

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Euskal Herria, modelo social, desarrollismo y autoderminación

(texto presentado en los segundos Encuentros de Movimientos Sociales de Euskal Herria)

El modelo de desarrollo que se impone a sangre y fuego por todo el mundo también se deja sentir aquí, en Euskal Herria. Quienes ejercen los poderes fácticos diseñan un mundo a su conveniencia que vele en todo momento por sus intereses, violando y reprimiendo cruelmente todo aquello que suponga uno cortapisa para la consecución de éstos.

El ejercicio real de la independencia es realmente difícil en la sociedad autodestructiva y explotadora en la que estamos inmersas. Se fomenta la dependencia, la destrucción de los mecanismos de autosuficiencia, y los valores individualistas . Todo esto dificulta el ejercicio real de la Autodeterminación.

Es por ello que desde la Asamblea contra el TAV quisiéramos lanzar unas pinceladas de lo que para la gente que formamos este colectivo asambleario supondría una Euskal Herria que se acercara lo más posible a la Independencia. Esto sería una Euskal Herria autogestionaria,. formada por comunidades funcionando en la medida de lo posible de un modo descentralizado donde la cooperación sustituya a la competitividad, la participación a la delegación, y el funcionamiento en colectivo al individualismo (borreguil) que se siente alrededor.

Pensamos que la lucha por Amalur, en la cual defendemos a la madre tierra de las agresiones que sufre, es realmente revolucionaria. Reivindicamos la acción directa, la desobediencia civil, los debates y los sabotajes como armas del pueblo en la consecución de sus derechos. Para que no nos roben nuestro espacio vital.

Independencia de maquillaje o independencia real

En estos tiempos dominados por el pensamiento único la lucha de liberación de un pueblo adquiere más importancia que nunca. La búsqueda de una identidad diferenciada es un canto a la diversidad y muestra que no todo el mundo habla el mismo lenguaje, ni piensa, ni quiere, ni sueña con lo mismo. Y hacerle frente a la homogeneización reinante es un reto para quienes nos negamos a ser absorbidas por el sistema, a ser alienadas por esta máquina en la que la única libertad que no se reprime es la de consumir. Pero el libre mercado para poder vender sin parar necesita de una clientela lo más homogénea posible, y poder así instaurar sin cortapisas sus leyes sagradas.

Por lo tanto y por infinitas razones más la lucha de nuestro pueblo por su liberación, es tanto o más necesaria que nunca. Pero sentimos que para conseguirla tenemos que cambiar las estructuras de fondo. Si no, no haremos más que maquillar un sistema que no se aguanta a sí mismo. Si sólo conseguimos la independencia política y construimos otra nación estado que sustituya al anterior, entonces tendremos que luchar contra él porque presumiblemente constará de los mismos fallos que el precedente. Sería un cambio superficial, no desde la base. En ningún momento iría a la raíz.

Nadie pone en duda que hoy por hoy los estados español y francés son nuestros peores enemigos. Pero aún imaginando que nos liberáramos de sus garras, la lucha contra el estado continuaría. Nuestro pueblo está inmerso en el corazón de una gran potencia , de un supraestado llamado Unión Europea. Difícil es pensar en una independencia real estando bajo su dominio. La Unión Europea vela por los intereses del gran capital, no de los pueblos que la componen Las decisiones que se toman a nivel político y económico vienen dictadas por la Mesa Redonda de Industriales que es un cabildo (lobby) formado por los jefes de las más importantes multinacionales sobre todo del sector de la automoción. Este lobby diseña la política económica y social que luego implementará la Comisión Europea. Son ellos precisamente quienes deciden, entre otras cosas, cuantos kilómetros de autovías y autopistas han de cruzar Europa, cuantos trenes de alta velocidad se van a construir y qué tienen que estudiar los y las jóvenes según las necesidades de mercado. Acaban imponiéndonos su modelo de desarrollo. También nos llegan de Europa decisiones tales como las cotas de pesca, cuanta tierra se puede cultivar, quién recibe las subvenciones. ...Ser independientes dentro de la Unión Europea sería imposible. Se daría simplemente un trasvase de los centros de poder alejándolos cada vez más de. la gente.*Vamos a reflexionar primero sobre el modelo de desarrollo en general para ver después las consecuencias que su implantación tiene en Euskal Herria. Lanzaremos la propuesta de tener en cuenta aspectos positivos de lo que pudo haber sido el modo de organización social de antes de la cristianización para sugerir otro sistema social más coherente con la visión antidesarrollista de nuestro colectivo. También hemos adaptado parte de un artículo escrito por Miguel Amorós aparecido en el último número de Disidenteak Betiko contra el TAV. En él se plantea como necesaria la consecución de unos espacios de autogestión por medio del ejercicio de la democracia directa . Además proponemos blancos hacia los cuales dirigir nuestra desobediencia civil. Y por último, nos atrevemos a reivindicar una feminización de la sociedad.

Modelo de desarrollo: ¿Consensuado o impuesto? Punto de convergencia de diferentes tendencias políticas

Muy poca gente se atreve a cuestionar el modelo de desarrollo. Existe la creencia generalizada de que desarrollo es lo que la humanidad necesita para terminar con todos los problemas que padece de norte a sur y de este a oeste. También se asume como cierto que sólo las sociedades «desarrolladas» viven bien mientras que el resto son miserables o atrasados y tarde o temprano habrán de llegar al mismo status. Y es esta la razón por la cual el mismo modelo económico, social y político está siendo implementado en todo el planeta. Además se asume que cualquier otro modelo que no tenga en cuenta esos patrones de conducta es erróneo, y por consiguiente, nadie tiene derecho a seguir un camino diferente. Cualquier cosa que interfiera esa idea de bienestar se considera un obstáculo para ella, y por lo tanto ha de ser abolida. El desarrollo se ha convertido en un fin totalitario que necesita implementarse en todos los rincones del planeta.

La contradicción surge cuando miramos con detalle la idea de desarrollo y a las devastadoras consecuencias que está teniendo. Este concepto nacido en Occidente implica complejidad como progreso y costo como eficiencia o efectividad. Para lograr esto, que es considerado como el bien común, muchos procesos y acciones que normalmente se considerarían como injustos y hasta incluso criminales por mentes sanas, son vistos como legales y legítimos y mucha gente los percibe como la tendencia natural de la historia como si nada más fuera posible o factible.

Para que la rueda siga girando y podamos alcanzar el desarrollo como lo entendemos aquí y hoy, se ha perdido la noción de rodamos colectivo, se ha colocado al dinero en un altar, se han privatizado los espacios comunes, se ha legitimado la avaricia, y se han quitado todos los límites al crecimiento económico. Además el modo en el que el desarrollo es entendido e implementado hoy en día no es posible sin violencia. Esta es inherente a todos los objetos y servicios que las sociedades «desarrolladas» usan. Como estos bienes y servicios se originan lejos de nosotras en el espacio y en el tiempo, somos ignorantes de la cantidad de violencia que ha sido necesaria para su producción. El éxito y el crecimiento económico de Occidente no serían ni habrían sido posibles sin colonialismo. Y la historia de éste es la de contaminación cultural, de pueblos que mueren de sufrimiento por la destrucción de sus civilizaciones. Nuestro uso diario de bienes se basa en el expolio de recursos aquí y allá. La madera que usamos para nuestros muebles llega a nuestras manos tras talar bosques enteros; Todos los productos industriales requieren, energía generada para su manufactura, transporte y uso, la energía también se usa para luz, refrigeración, aire acondicionado, calefacción, etc. .La generación de energía no es posible sin la construcción de grandes embalses destructivos, centrales térmicas que usan carbón, petróleo y gas (que emana, C02), o peligrosas centrales nucleares. El consumo de te y de café no serían posibles sin el robo de miles de hectáreas de tierra dedicadas a la agroexportación en detrimento de las necesidades básicas de la gente, y sin la explotación de miles de mujeres y de hombres. La mayoría de la ropa que vestimos ha sido cosida en fábricas nauseabundas donde no se respetan los más mínimos derechos humanos. Y así sucesivamente. Además, cuando una sociedad es auto destructiva o sobrevive de la explotación de los y las demás, no puede presumir de civilizada.

Es por ello que no nos hace ninguna ilusión construir ningún país que se lance por esta vía destructiva que acabamos de describir. Creemos que el camino hacia una independencia real donde el único poder que se ejerza sea el popular, es posible. Pero para ello hemos de estar dispuestas a destruir muchos mitos y a cambiar de raíz la percepción de lo que nos rodea: Si no; no haremos más que reproducir los mecanismos que a nosotros, y nosotras nos `han oprimido durante años. Como pensamos que. otros colectivos tocarán, este tema más a -fondo, no nos meteremos con la represión que los ejércitos y las policías ejercen sobre el pueblo para imponer el terrorismo del capital. Tampoco el dé sus colaboracionistas medios de difusión de masas.

Desarollismo en Euskal Herria: Garantía de la dependencia más férrea

Cuando hablamos de modelo de desarrollo lo que nos resulta verdaderamente preocupante es que tanto las izquierdas como las derechas, (si es que esta diferenciación está aún vigente en el marco político neoliberal que sufrimos) o dicho de otra manera, tanto los sectores progresistas como los conservadores, divergen muy poco en el concepto de desarrollo que ambos consideran justo y necesario. Nuestro pueblo se ha lanzado estos últimos años a una vertiginosa carrera hacia el llamado progreso y por la instauración de un modelo desarrollista que en muy poco se diferencia del modelo impuesto en otros países de Europa y en el resto del mundo. Al fin y al cabo es el modelo único.

Nada más lejos de la verdad. El modelo económico y social en el que estamos inmersas hace agua por todas partes. Es un modelo que no puede sobrevivir sin explotación salvaje de otros pueblos, de los recursos de la naturaleza. Un modelo energívoro basado en la competencia salvaje, en el poder el más fuerte y en la mercantilización de la vida. Un modelo que desestructura las sociedades y crea pueblos que viven sin tejido social entre sí. Un modelo así es inviable, pero es el que se nos ha mostrado como único posible.

Y así vemos estos últimos años en nuestro sufrido pueblo proliferar autovías y autopistas, superpuertos, proyectos de tren de alta velocidad; pantanos; hipermercados con la consiguiente desaparición de pequeñas tiendas y el fomento del transporte de mercancías creando una absurda e innecesaria dependencia económica y energética que a la vez lleva a la destrucción de los mercados locales que siempre han sido garantes de nuestra independencia económica; aumento del uso indiscriminado del coche y la consiguiente proliferación de párkines, contaminación y robo a la gente de la calle al privatizarse el espacio publico; centrales térmicas, gasoductos, pantanos, centrales eólicas .... Ya no se sabe si lo que se grita es Gora Euskal Herria Askatuta! O Gora Euskal Hiria Asfaltatuta!

Todo lo descrito anteriormente hipoteca sin duda nuestra libertad.

SEÑAS DE IDENTIDAD DE EUSKAL HERRIA

Nos cuesta creer que exista una sociedad perfecta. Pero lo que no podemos negar es que existen sociedades que son menos destructivas y menos explotadoras que otras. Sabemos de sobra que en toda sociedad pueden surgir personas y tendencias agresivas y competitivas que anteponen su «bienestar» individual al bienestar colectivo. Pero al mismo tiempo no se puede negar que si un pueblo o comunidad consta de mecanismos que fomentan la participación, la democracia directa, el trabajo en colectivo, la convivencia y la comunicación entre la gente, etc.. tenderá a ser menos autodestructivo y explotador que el que no los tenga. Es por ello que mirando hacia atrás vemos que en algunos momentos de la historia (en algunos caso no tan lejanos) nuestra sociedad ha podido regirse por modos de organización social algo más horizontales y participativos que los que existen ahora. Las batzarres permitían el ejercicio de un poder más de la base y más participativo. El auzolan abría un espacio de trabajo colectivo y de cooperación .Los pueblos tenían más opción de convertirse en unidades socio políticas culturales bastante autosuficientes regidas por la autogestión. Cada pueblo podía producir para sus necesidades básicas y podía decir sobre lo que se necesitaba del exterior. Partiendo de estas bases sí se puede hablar de una posible vía hacia la independencia política y económica. Aunque halar de diferente cosmogonía pueda sonar pretencioso o hasta incluso esotérico, existen autores euskaldunes que afirman que fue con la cristianización con la que se nos fue imponiendo una mentalidad más antropocéntrica.

Aparentemente, el cristianismo arrasó con una visión más holística, en la que los seres vivos formaban parte de un todo (Ortzi) en el cual todo estaba interconectado y nada tenía principio ni fin. La mentalidad judeo cristiana nos impuso a sangre fuego una ideología antropocéntrica que ya tuvo su origen en Grecia con algunos filósofios presocráticos. Esta mentalidad rompió con una cosmovisión que posibilitó la convivencia con el medio y con la naturaleza y lanzó al ser humano a una loca destrucción de su entorno.

TAV. Crítica al exponente de un modelo social

(Adaptado de un artículo de Miguel Amorós publicado en la sección de desarrollismo del último número de Disidenteak Betiko)

La alta velocidad no sólo es un despilfarro de medios, es también una enorme pérdida de tiempo.

Una oposición decidida contra el TAV ha de desacreditar el pretendido interés general en su existencia. Porque el TAV, como las autopistas solamente beneficia a los intereses privados que se ocultan tras la economía globalizada: los de la producción y distribución masificadas, los de la industria del turismo de masas, los de las grandes empresas constructoras y especuladores, productoras de construcción de material o de energía, de maquinarias avanzadas, de automóviles, etc.; en fin, los intereses de las grandes bancos que financian los proyectos y los partidos políticos que representan en bloque el interés económico.

Propuesta de lucha contra el TAV y contra el modelo social

(Ideen del anterior)

Rechazando el TAV se rechaza la sociedad del TAV. Una oposición decidida ha de elaborar un interés general contrario al TAV y dejar claro ala gente que el desarrollo individual y social es contrario a la alta velocidad. Lo peor que puede hacer la protesta organizada contra el TAV es renunciar a su autonomía r, a sus objetivos (...) y caer en el terreno de la acción jurídica y de las maniobras locales, electorales de poder, buscando el apoyo de los alcaldes o concejales de pueblos afectados, de entidades vecinales subvencionadas, o de la impostura del ecologismo político y llegando a reclamar incluso la ayuda de algún partido (...) Todos estos actos simbólicos y peticiones serán canalizados hacia vías parlamentarias, donde reinan los intereses de la economía o sea, de los del TAV, y allí liquidarla.(...)

El movimiento social urbano de la década de los años setenta fue un movimiento asambleario enfrentado al poder local en tanto que poder paralelo. La asamblea, el batzarre, fue en muchas ocasiones el espacio público de información, debate y toma de decisiones. Se dieron experiencias de gestión municipal alternativa basada en la asamblea. Era, con todos los defectos que se quiera «el principio de la autonomía municipal en acción, la democracia directa ganada a pulso». Los partidos y las elecciones municipales acabaron con un movimiento que si hubiera confluido con las asambleas de fábricas habría creado una situación revolucionaria.

En cuanto al panorama actual de la oposición al TAV hace bien si aproxima y federa su lucha con otras similares como embalses, centrales nucleares, vertederos, autopistas, etc. (…) El sabotaje de Solidarias con Itoiz demostró que el sabotaje funciona.

Hay que decir lo que se quiere: habrá que poner límites a las ciudades, impedir las obras faraónicas, reutilizar las zonas residenciales, detener los proyectos turísticos e ir desmantelando las zonas qué se dedican a tan deprimente actividad. Luchar contra la degradación de los barrios periféricos, dificultar el acceso rodado a los espacios naturales, favorecer la edificación artesanal, acabar con la especulación mobiliaria y con la constructora…

Harán falta medidas tendentes a dificultar al máximo el tráfico, tanto en el exterior como en el interior de las ciudades y pueblos, volver los lugares de residencia más habitables, hacerlos coincidir con los lugares de trabajo, implicar a sus habitantes en la gestión de los mismos, poner trabas al transporte privado y ala fabricación de automóviles, disminuir de verdad la jornada laboral... Todas las calles y no sólo las del dentro, han de ser recuperadas para la gente y arrebatadas del comercio y el tráfico; Conocerse y tratarse requiere de tiempo libre, vivido con lentitud y no consumido en el oció motorizado.

Será necesario renunciar al uso. de energía no renovable y a la tecnología que favorezcan la centralización de las decisiones, la concentración de poder, la producción en masa, la velocidad, la manipulación de conciencias, la pasividad, el aislamiento, etc.… porque disminuyen la autonomía de las personas y su libertad.

Si las ciudades recuperan sus dimensiones normales la supresión de la industria agroalimentaria, con sus abonos químicos, maquinarias, granjas, transgénicos, etc.… será posible y la producción campesina abaratará para alimentarla mediante la venta directa en mercados locales.

De este modo se tendería a la descentralización de los servicios, y con ello se evitaría el alarmante despoblamiento del campo y de las zonas rurales. Para que el campesinado

Recupere su protagonismo en la sociedad. y, para que cada vez más gente se anime a trabajar en el sector primario y así fomentar la agricultura junto con actividades artesanales.

LIBERTAD DE EUSKAL HERRIA : PODER DEL PUEBLO. DESOBEDIENCIA CIVIL

La libertad de Euskal Herria va unida a un cambio profundo de estructuras económicas y políticas que ha de comenzar a darse ya sin esperar a que seamos independientes. Los agentes protagonistas de este cambio han de ser los movimientos sociales junto con la gente a nivel de pueblos, barrios, asambleas de vecinas y vecinos por medio de encuentros, debates ....Hemos de saber todas y todos qué es lo que queremos. Si el cambio se da sólo en las altas esferas y liderado por unos políticos, entonces la gente, el pueblo, nos quedaremos al margen y no servirá para nada. Hemos de recuperar la confianza en el pueblo que es quién tiene que hacer ejercicio de su poder dejando de depender de los partidos políticos.

En esta democracia representativa siempre hay alguien que piensa, decide y actúa por nosotras. se delegan tanto la toma de responsabilidades como las decisiones. Es un sistema obsoleto que contribuye a la alienación de las personas y ala borreguización de la sociedad. Frente a todo esto proponemos la democracia y acción directas y la desobediencia civil. Radios libres, casas y espacios ocupados, lucha por la tierra en el entorno rural y en el urbano, acampadas, defensa de la tierra y lucha contra la especulación que la ag cede, acción directa contra todo tipo de agresiones y conculcaciones de derechos, desobediencia contra instituciones (ocupación masiva de edificios), boicot a multinacionales que destruyen los mercados locales garantes de independencia , las antes mencionadas asambleas permanentes, y un largo etc.…

FEMINIZACION DE LA SOCIEDAD COMO GARANTIA DE EQUIDAD

Se cuenta también que en algunos momentos de la historia de nuestro pueblo, las mujeres fuimos agentes activos en todas las esferas de la sociedad que antiguamente era conocida por su matriarcado. Pero hoy en día, a pesar de haber recuperado un protagonismo social que nos habían arrebatado, no hemos encontrado nuestro lugar en esta sociedad de características patriarcales. Para conseguir la denominada igualdad las mujeres nos hemos tenido que adentrar en un mundo de hombres con esquemas y modos de funcionamiento patriarcales y nuestro éxito y reconocimiento residen a veces en adoptar los mismos modos de funcionamiento que ellos. De este modo desempeñamos a veces trabajos realmente sucios: ejercicio en cargos de poder y dirección, trabajos como política, ministra, policía, militar… Nos hemos visto obligadas a adentrarnos en el mundo de los hombres para que nos respeten. Pero por desgracia no hemos conseguido que los hombres se adentren en nuestro mundo tradicionalmente considerado como femenino v despreciado por este motivo. (Al fin y al cabo los hombres también sufren el sexismo cuando por ejemplo no se les permite llorar…)

Lo que nunca hemos conseguido las mujeres ha sido ser valoradas por las actividades tradicionalmente consideradas como de mujeres. La feminización de la sociedad es un paso que aún no se ha dado, pero que tal vez sea necesario. Las mujeres, por el hecho biológico de parir hijos e hijas y de tratarlos a todos y todas por igual, podemos tender hacia una sociedad más igualitaria que en la que vivimos ahora Nosotras concebimos, somos dadoras de vida y creamos, alejándonos así de todo instinto de destrucción y de muerte, y acercándonos ala madre tierra, que también procrea junto con nosotras. Por ello la lucha por nuestra liberación es la lucha revolucionaria por una sociedad más justa. Ninguna agresión ha de quedar sin respuesta. Las mujeres actuamos juntas. directamente contra todo tipo de violaciones.

Pensamos que viene a cuento recordar el sabotaje por el que dos compañeras del colectivo Solidarias con Itoiz paralizaron más de 50 máquinas en la carretera Agoitz Nagore.

Proponemos para nuestro pueblo un modelo de desarrollo basado en los principios de respeto a la naturaleza y el uso de sus creaciones y productos como un modo de garantizar la satisfacción de las necesidades básicas, sin interferir continuamente en su continuidad y crecimiento .

No queremos este modelo de desarrollo explotador para nuestro pueblo. No queremos que las empresas vascas salgan a conquistar mundo para que nuestro pueblo consiga crecimiento económico a costa de otras gentes. ¡No!