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Boletín de prensa.

21 Octubre de 1999

Ricardo Martínez Martínez

Boletín de prensa. Declaración política de Ricardo Martínez Martínez,
miembro del CGH secuestrado en la ciudad de México el miércoles 20 de
octubre a las 13:40 y liberado el jueves 21 a las 23:00 hrs.

Estimados compañeros y compañeras lamento mucho no poder estar
personalmente con ustedes, pero espero que comprendan que no me encuentro
en condiciones ni anímicas ni físicas para hacerlo, pues además de
golpeado y torturado, pasé casi toda la noche declarando ante el
Ministerio Público.

La experiencia que he sufrido es un grave episodio de violación de
Derechos Humanos y lo considero como un hecho de claro corte policiaco que
llevaba la intención de amenazarme e intimidarme a mí en lo personal; y al
CGH, buscaba provocarlo para que deteriore su imagen ante la opinión
pública y desvíe su atención de la exigencia de solución a las demandas
del movimiento.

Estoy en camino de una valoración médica, física y psicológica y espero
pronto tener las condiciones para reincorponarme a mis actividades
políticas y académicas.

Quiero decirles que el miércoles 20 como a las 13:40 hrs. fui sacado
violentamente de un autobús en la parada de Montevideo y Vallejo, por
varios sujetos que, con extraordinaria rapidez y precisión, me subieron a
un auto grande y en el cual me tiraron en el piso de la parte posterior,
donde me cubrieron los ojos y se pusieron encima de mi tres de ellos. Me
llevaron con los ojos vendados a un lugar que no puedo identificar y ahí
permanecí todo el tiempo. Me interrogaron dos veces: la primera con
violencia física y amenazas psicológicas de incluir en ese tipo de
maltratos a integrantes de mi familia y la segunda, sin violencia física
pero igualmente intimidatoria. Estuve en manos de profesionales de la
violencia.

Mis secuestradores alardearon de ser antiparistas , y aunque todas las
preguntas giraron alrededor, del movimiento y de personajes muy conocidos
del CGH, puedo decir que no tenian ninguna profundidad ni consistencia y
que se referían a generalidades que todos conocemos de participaciones
dentro del CGH. Por eso concluyo que no buscaban información.

El secuestro duró hasta la noche del jueves 21, cuando me sacaron del
lugar y con los ojos vendados me subieron a una camioneta y me dieron
vueltas hasta dejarme en un lugar que no pude identificar. En ese trayecto
siguieron las amenazas.

Quiero decirles que de ahí tomé un taxi que me llevó por una avenida que
más tarde identifiqué como la Calzada Vallejo y en un VIPS pude
comunicarme a mi casa para decirles el lugar en que me encontraba. A ese
restaurante llegó una patrulla de la policía del D.F. con uno de mis
hermanos, que me recogió del lugar y que a pesar de que pedí que nos
llevaran a mi casa, nos trasladó directamente a la agencia 50 del
Ministerio Público.

Al poco rato, llegó mi papá y de nuevo nos negamos a declarar, pero luego
de una discusión áspera aceptamos y me tuvieron declarando durante más de
cuatro horas seguidas. Por esas razones, al final me rehusé a firmar mi
declaración, pues estaba física y mentalmente agotado.

No quiero dejar de añadir algunas consideraciones sobre el marco general
en que fui secuestrado, porque creo que son ideas que pueden servir a
otros compañeros y al movimiento en general en una evaluación de lo que
estamos viviendo.

Como todos recordamos, un día antes de mi secuestro el rector Bamés había
pedido nuevamente aplicar la mano dura con el pretexto de la toma de los
institutos y la Comisión de Contacto había argumentado lo mismo para no
asistir al diálogo con el CGH y que conste que estábamos todavía con la
herida fresca de la agresión policiaca sufrida frente a Televisa.

Con ese clima, lo más grave es que se comienza a decir por todos los
medios que el conflicto se puede alargar hasta principios del próximo año,
lo que significa que la escalada represiva y de provocaciones puede
extenderse y multiplicarse aún más, sumando nuevas agresiones contra
compañeros de base o representantes de escuelas.

Por ello, creo que es importante decirles que hoy más que nunca considero
indispensable fortalecer la unidad interna, hacer a un lado los
sectarismos, reagrupamos en las escuelas para que las asambleas sean más
representativas y las decisiones reflejen más el sentir de la base.

Tenemos que desarrollar acciones imaginativas que mejoren la imagen
externa del movimiento ya que el gobierno seguirá empeñado en deteriorarla
con un uso doloso de los medios de comunicación. Creo que también debemos
ampliar las alianzas y desplegar movilizaciones que nos coloquen al lado
de los trabajadores en su lucha salarial, pues la negativa de las
autoridades a atender su justa demanda de aumento está planteada para
ponerlos en choque con la nuestra.

La consulta del 26 tiene que ser nuestra respuesta contundente a los
ataques que está escalando Barnés contra el CGH. Debemos insistir en que
la alternativa del movimiento pasa por el Congreso Resolutivo.

Quiero agradecerles a todos los compañeros y organizaciones sociales y
políticas porque se movilizaron exigiendo mi presentación. Su solidaridad
ha sido importantisima para mi familia y para mí en lo personal, ha sido
estremecedora. Creo que la exigencia de respeto a los Derechos Humanos ya
es otra de las tareas políticas del movimiento dadas las condiciones de
agresión y de desgaste a que se nos quiere llevar.

Fraternalmente:

Ricardo Martínez Martínez
Estudiante de Ciencias de la Comunicación en la Facultad de
Ciencias políticas y Sociales
México, D. F.
22 de octubre de 1999



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