Debate
sobre okupación e identidad
texto 3
Pensando
estos días en lo que se dijo y en lo que no en la última
asamblea de Biblio, contrastando mis opiniones con las vuestras
y con las de quienes no estaban ese día, me he decidido a
apuntar las últimas (que no por esto definitivas) reflexiones:
1)
Es cierto que la ilusión la pongo en una biblioteca okupa,
que defiende el uso de espacios vacíos en este carísimo
Madrid para centros sociales. Okupando para una biblio se cuestiona
lo único que parecen defender los derechos constitucionales,
que es la propiedad privada. Al abrir un sitio cerrado sin pedir
permiso, cuestionamos que la propiedad sea indiscutible, se inicia
un proceso de preparar el espacio para lo que los nuevos okupantes
quieran y de abrirlo para darlo a conocer y ser usado por otres.
La propiedad, por lo general, se entera e incicia a su vez el conocido
proceso de denuncia, la poli llega (aunque aquí el orden
a veces cambia) y se hace vida conociendo la finitud, es decir,
el desalojo o traslado.
Hasta
ahora, la Biblio no ha sido una excepción, a pesar de lo
característico de sus abultados traslados. pues creo que
entrando en el edificio en que el dueño ha demostrado estar
interesado (ha arreglado él mismo y artesanalmente la puerta)
independientemente de que quiera venderlo ahora, espere a hacerlo,
edifique por sí mismo o lo que parece menos probable, lo
reutilice como imprenta[1],
nos adelanta a encontrarnos con su presencia o su denuncia y nos
compromete a explicar al resto de vecinos cercanos que nuestro interés
por el lugar es mejor (más público, más útil,
más justo -SUBJETIVIDAD) que el que demuestra el propietario.
Creo que eso nos lleva en el mejor de los casos a la negociación
de la que se ha hablado, desde una postura de fuerza como estás
ya dentro (¿lo cual significa dentro horas y horas, quizás
noches, en un edificio que quizá sólo tenga techo
y paredes!) para:
- plantear nuestro
proyecto al dueño y al barrio y vivir la okupación
conociendo su probable fin en ese lugar.
- hacer lo primero
y estar dispuestos/as a aceptar o sugerir un permiso de uso a
cambio de un alquiler más bajo (no nos podemos permitir
pujar a precio real) del que suelen pedir en este barrio.
- seguro que hay
más posibilidades.
Ante
la primera opción, no es nueva y ya sabemos sus alegrías
y sus penas, algun@s la tenemos en cuenta. La segunda sí
es nueva, al menos para nosotr@s y algun@s también la contemplamos
(a mí me motiva poco, hasta ahora la que menos).
2)
Y vino L. con su proposición indecente e inició una
nueva vía que por sus portunidades también discutimos.
Hoy pienso al respecto de esta oferta que me molaría redefinir
mi postura: la posibilidad de que el préstamo de libros y
documentos de lectura estuviera en un lugar más seguro de
lo que hasta ahora son las okupas (que no por ser alquilado o comprado
garantiza la total seguridad y ahí está lo ocurrido
esta semana en Fuencarral y Torrejón)[2]
hace más interesante su divulgación, más atractiva,
más cómoda para soci@s, lectores y bibliotecari@s
y con mayor posibilidad de crecer y mejorar en general. Por todo
esto le diría a L. que sí, que gracias y que vamos
a pensar cómo hacer todo esto y a buscar un sitio junt@s
(supongo que tendríamos que hablar más entre nosotr@s
y con él y saber que a veces no nos echan los maderos sino
que nos vamos nosotr@s. ¡Menud@s somos!)
Ahora
que La Biblio puede no quedar ahí, porque si deseamos reivindicar
el uso de espacios vacíos en Madrid para la especulación,
su abandono y nuevos posibles usos autogestionados, podemos abrir
la imprenta o lo que consideremos más chulo empezando una
consulta con quien nos parezca previamente y contando con apoyos
(ahí estaba la propuesta de la Luna de trasladar sus actividades
una semana a la nueva okupa) - cuantas más seamos más
reiremos, sin la amenaza de que al cerrar el puesto para volver
mañana haya menos libros de los que teníamos. Las
posibilidades: local de actuaciones, charlas, gym-jazz, encuentro,
juegos, etc. son muchas en un centro social, ya las sabéis
y las relaciones con el propietario vuelven a ser igual de negociables
o no como antes. El cuándo y dónde es tan compatible
con el local de L. como queramos: fijaros en los sitios que podremos
ver y conocer cuando vayamos a "comprar". Buscando una
Biblio podemos encontrar más de una.
Las
fuerzas que tenemos, las que hay, se podrían dosificar en
estas historias e incluso más: ideas de autoempleo, etc.,
si nos organizamos bien. No creo que el ampliar el espacio o las
calles nos provoque desunión o quite dedicación a
una cosa u otra si todas nos apetecen (aunque no sea a l@s mism@s
en el mismo grado). Tampoco que el compromiso que L. hace con nosotr@s
y nosotr@s con él nos lleve a enmarronar a nadie si somos
nosotr@s mism@s l@s que decidimos si hacerlo y cómo (él
va a currar, nosotr@s también, el dinero es una ful que está
mu mal repartido y al loro, él lo plantea como una reapropiación
a la industria de los chips).
La
duración es tan previsible o imprevisible como hasta ahora,
pues nosotr@s decidimos y tenemos los libros en La Nevera, donde
los bollicaos o en CeNeTé, o en muchos sitios a la vez[3].
9
de junio
[ir al texto 4]
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[1] No hacía mucho que habíamos intentado,
infructuosamente, okupar una vieja imprenta abandonada
[N.E]. [volver]
[2] Se refiere a los atentados con bombas
caseras contra la Fundación Aurora, en la calle Fuencarral
de Madrid, y contra el local de una asociación de Torrejón
[N.E]. [volver]
[3] Lugares donde teníamos guardado
el material de La Biblio en aquellos momentos [N.E].[volver]
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