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FREE THE 70's

CÁRCEL Y CRÍTICA DE LA POLÍTICA CRIMINAL EN TONI NEGRI.


La cárcel no es una desconocida para Antonio Negri. Ni siquiera lo es la prisión de Rebibbia, donde ahora se halla privado de libertad y donde ya estuvo preso hace dieciséis años. También antes, poco después de aquel 7 de abril de 1979, había sido internado en esa "casa de reclusión", para posteriormente ser trasladado a distintos centros especiales.

La cárcel tampoco es una ausente en su obra. EL TREN DE FINLANDIA probablemente es, de entre los textos traducidos, el más claro ejemplo. Pero la prisión está también presente en otros puntos de su geografía escrita, como la "Carta, a la manera de prólogo" redactada desde el penal especial de Fossombrone para la edición castellana de DEL OBRERO-MASA AL OBRERO SOCIAL; o el prefacio de la ANOMALÍA SALVAJE. Dos coordenadas que cuentan con breves referencias pero claras afirmaciones sobre el mundo penitenciario:

    "La cárcel abstrae de la realidad e incluso del recuerdo de la realidad (...) la prisión separa de la realidad e impone otra realidad"1.
    "La prisión, su ritmo, los traslados, la defensa (...) disuelven el tiempo: es esta la forma principal de la pena en el sistema capitalista"2.
PIPE LINE. LETTERE DA REBIBBIA cierra el ciclo de las obras escritas desde el encierro3 , "robadas al sueño, arrancadas al régimen de lo cotidiano"4 , resistiendo al efecto destructivo de la prisión, manteniendo viva tanto la esperanza como una extraña nostalgia, no de pasado sino de futuro. En esta, como en las obras antes citadas, puede encontrarse el reflejo y la memoria de la cárcel vivida. Una memoria que impregna escritos posteriores, como LENTA GINESTRA . Un reflejo que trasciende la biografía para adentrarse en los terrenos de la crítica de la política criminal.

Terrenos en los que se entrecruzan, tejiéndose, la acción política, el análisis socio-político del contexto, la reflexión iusfilosófica, la filosofía política,... configurando ese "estar en la filosofía con mente política y estar en la política con mente filosófica" característico de Negri.

Auténtica encrucijada de caminos, constituida por una pluralidad de elementos, extraña por lo heterogéneo a la par que consistente; éste ámbito de la reflexión negriana ha quedado sin embargo relegado a un segundo plano, merced fundamentalmente a la relevancia adquirida por otros aspectos de sus trabajos.

En cuanto que crítica de la política criminal, es mucho más que una crítica de la prisión, de los rituales del internamiento, de su temporalidad, del aislamiento, del desplazamiento, de la exclusión,... Es una crítica que se extiende más allá de la crónica y el análisis del encierro carcelario.

Así, abarca también el proceso. (Pero no sólo su proceso particular; del cual, eso sí, parte, como parte de "su" cárcel). Un proceso que es prolongación de esa cárcel pero, de nuevo, no sólo eso.

Es un proceso político. Un juicio político que es fundamentalmente una representación en la que todo esta establecido con anterioridad y todos los papeles asignados. Una afirmación del dominio de quien juzga, realizada sobre una escenografía enmohecida y con una disciplina artificial. Construcción de una trama que hace imposible la defensa. Un juicio en el que la verdad no tiene cabida, ni siquiera la búsqueda de la verdad. 'No, no quieren la verdad, sino el rito. El sacrificio. La legalidad se restaura en lo simbólico, no en lo racional6 , escribe. (...) 'no es un momento de verificación de la verdad -añade más adelante- es más bien una de las formas bajo las que se muestra el continuo recomponerse del equilibrio de los poderes constitucionales7 . Es en este mismo sentido que afirma que la justicia no es verdad sino restauración, no es distribución de responsabilidades sino repetición del poder. Por ello, además de por otras cosas, no puede hablarse de debate entre iguales. Desigualdad, 'deslealtad de la relación procesal8 , que es un aspecto consustancial a la maquinaria judicial.

una maquinaria en la que los jueces son prisioneros de una historia -la de los arrepentidos- y un lenguaje -el de los brigadista-9 , cuyo engranaje se mueve al ritmo de un derecho devenido a mercadería10 . Una mercadería que es la clave del sistema jurídico en su totalidad11.

La violencia es distinta a la de la cárcel, pero existe12. Como el proceso mismo, se prolonga desde aquella y hacia ella. En el proceso queda patente la fuerza del derecho, su poder de exclusión: 'El proceso político es el punto en el cual, a través de la magistratura, todos los poderes del Estado cohesionan su recíproca lealtad interior, y excluyen lo diferente (...). Aquí se conforma el derecho, el derecho constitucional de exclusión, el destierro de la polis13 . Una de las expresiones de ese destierro es precisamente la oscuridad, la ocultación, el encierro.

La crítica es directa: '(...) se trata de desenmascarar la dimensión represiva de la formación del proceso, de reconstruir de manera alternativa y políticamente plena la verdad de nuestra historia y del movimiento y, en fin, oponer un esquema de juicio abierto, alternativo14. La autocrítica no lo es menos, y marca una dirección interesante, la crítica del método garantista practicado en un primer momento por la defensa, la renuncia al papel impuesto y la adopción de otro: el de saboteador. El fin no es obtener una justicia que se considera imposible sino aportar lo que se pueda para la transformación, o destrucción, de la maquinaria opresiva. Subvertir su lenguaje, su mensaje,...

Cualquier solución, en todo caso, está fuera. Fuera de la cárcel y fuera del proceso.

En el mundo. Un mundo en convulsión. Son tiempos de derrota.

No se agota aquí una crítica que excede los ámbitos de la persecución penal. Una crítica que, en cierto sentido y en algunos de sus pasajes (salvando las obvias distancias), recuerda levemente a Foucault. La cartografía de los mecanismos del poder, el trazo de las líneas maestras sobre las que se asienta el orden de las sociedades contemporáneas, difiere en uno y otro; pero si en el pensador francés un medio para ello -no el único- es el análisis de la evolución de las formas punitivas, en Negri lo es -tampoco el único- la legislación vigente, la cárcel y el proceso. Podría decirse que -de distinta manera- ambos encuentran en el encierro penitenciario un reflejo de cómo se ejerce el poder, de su mecánica, tácticas y estrategias. Si el proceso era la continuidad de la cárcel; ésta 'es la continuidad de lo social. Ésta es la estructura del Estado. De la Justicia15.
La crítica negriana a la política criminal es una crítica al Estado. Una crítica al poder constituído.

Incluso cabe señalar algunos puntos concordantes o, cuando menos, similares entre esta crítica de la política criminal y la Criminología Crítica de los años 70, aunque el desencuentro caracterice sus respectivos caminos. Poner de manifiesto que la penalidad es algo más que la forma de castigar al delincuente, es uno de ellos (común, por lo demás, a muchos autores con distintas inquietudes).

La sociología de Negri sigue otros derroteros16 a la de la (entonces) nueva criminología, pero en algunos capítulos, en algunos párrafos, de sus investigaciones filosóficas o políticas, entrelíneas las más de las veces, se puede tropezar con algún elemento que, siquiera vagamente, nos remita a ideas fuerza de la segunda. Es el caso de la idea, ya citada, de exclusión, que Negri remite al concepto de pobreza17 : El excluido es pobre. En la gran ceremonia de la represión vuelvo a sentirme pobre.

'Morir un poco, para volver a empezar'18 , escribe en el texto que viene sirviendo de fuente principal. Esta crítica de la política criminal, en absoluto lineal, sin fronteras definidas, surgida de lo cotidiano, insurrecta,... inserta en la percepción del ciclo de luchas en Italia, es también una reconstrucción. O se sitúa en una reconstrucción: la de corrientes de pensamiento y voluntades de lucha que han de intervenir en un medio perverso. De una visión de la justicia como farsa, de la crueldad del régimen de excepción19 , de la infamia y la corrupción política,... a la construcción de un sistema de valores, de conceptos, de relaciones,... pasando por la cárcel, el proceso, el parlamento, la fuga, sus secuelas y la memoria.

Uno de los textos de prisión, LA ANOMALÍA SALVAJE, constituye -temporalmente hablando- un punto equidistante entre dos de las coordenadas más significativas en la obra negriana: ALLE ORIGINI DEL FORMALISMO GIURIDICO20, publicado diez años antes, y EL PODER CONSTITUYENTE21, editado diez años después. Son tres obras que, a primera vista, parecen separadas por un abismo tan grande al menos como el marcado por los años. Sin embargo no puede hablarse de una ruptura total entre el obrerismo de antaño y cierto postestructuralismo en el que, no sin matices, cabría situarlo hogaño22. . Tampoco, es cierto, de una continuidad lineal, clara, uniforme entre estos tres puntos álgidos en el desarrollo de una teoría del poder constituyente que, sin demérito de otros aspectos de su obra, conforma la columna vertebral de esta.

Un desarrollo que hunde sus raíces en el estudio de la teoría del Estado, sus orígenes y fundamentos; en la investigación sobre el concepto de forma en Kant y, desde este, en la crítica del formalismo jurídico hasta Kelsen. Un desarrollo que sigue también las rutas de la aplicación del criticismo al derecho y el constitucionalismo23 , la fundamentación ontológica del proceso revolucionario24 o el antijuridicismo del pensamiento de Spinoza25.
Un desarrollo que no es sólo teórico, sino que se torna praxis -la crítica de la política criminal que nos ocupa es parte de esta-, disidencia, insumisión.
La defensa de otro constitucionalismo, desde un antimodernismo radicalmente democrático, marca la última entrega -por el momento- de ese movimiento intelectual

La cárcel, la crítica de la política criminal, pueden contemplarse desde (la lectura hoy de) estas coordenadas, diferentes pero interrelacionadas.
La reapertura y ensanchamiento del derecho existente, o mejor, su refundación dinámica, procedimental, siempre abierta26 que exige la definición (o la mera aspiración) de otro desarrollo constitucional, supone por fuerza una crítica a los fundamentos mismos del poder de castigar.
El concepto mismo de "poder constituyente", en su doble vertiente de fuente principal del ordenamiento constitucional y jurídico, y de sujeto de esa producción; en la medida en que es la definición de todo paradigma de lo político27 y está ligado a la ideación y ensayo de alternativas a la modernización capitalista; apunta a la confrontación con los discursos dominantes sobre la marginación, la exclusión, el encierro institucionalizado, la criminalización de individuos o colectivos, el control,... A la confrontación con la lógica de la desigualdad que impera en la promulgación, aplicación e interpretación de las leyes.

No es una confrontación fácil. ¿Es una historia de libertad la que nos espera? Se pregunta el propio Negri para contestar: Sería necio afirmarlo, frente a las horrendas mutilaciones que el poder constituido continúa infligiendo al cuerpo ontológico de la libertad de los hombres, y frente a la perpetua negación que la serie inquebrantable de la libertad, la igualdad y la potencia de la multitud tiene que contrastar. Pero una historia de la liberación, ésta sí que nos espera, disutopía en acción, imparable, dolorosa pero constructiva28.

Carlos S. Olmo Bau.
Puente Tocinos, Abril de 1996.

----------------------- NOTAS:

1Negri, T.; Del obrero-masa al obrero social; Barcelona, Anagrama, 1980, pp. 7.

2 Negri, T.; La anomalía salvaje; Barcelona, Anthropos, 1993, pp. 21.

3 Política di classe. Il motore e la forma. Le cinque campagne oggi (1980); Il comunismo e la guerra (1980); L'anomalia salvaggia. Saggio su potere e potenza in Baruch Spinoza (1981); Machina tempo. Rompicapi, liberazione, constituzione (1982).

4 Negri, T.; La anomalía salvaje; Barcelona, Anthropos, 1993, pp. 21.

5 "Fruto de cuatro años de prisión preventiva, fuga y exilio", Albiac, G.; Símbolos; El Mundo, 9 de febrero de 1998.

6 Negri, T.; El Tren de Finlandia, pp. 22.

7 Negri, T.; Op.cit., pp. 25.

8 Negri, T.; Op.cit., pp. 41.

9 Negri, T. Op.cit.; pp. 98.

10 Una referencia a este carácter de 'charcutería barata' puede encontrarse en Sherwood, A.; La libertad no es una prensa de cambio;

Sobre la figura del arrepentido: Olarieta, J.M.; Los delitos políticos en el proyecto de Código Penal; en Panóptico nº1, pp. 63-85, Bilbao, 1996.

11Negri, T.; Op.cit.; pp. 92-93.

12 'Esto no es un proceso sino una ejecución', llegará a afirmar.

13 Negri, T.; El Tren de Finlandia, pp. 25-26.

14Negri, T. Op.cit.; pp. 77.

15Negri, T.; Op.cit., pp. 39.

16 A este respecto puede leerse: Feher, R.; La sociología de Antonio Negri; en "Antonio Negri. Una teoría del poder constituyente", Anthropos nº 144, pp. 44-46, Barcelona, 1993.

17Negri, T.; Op.cit.; pp. 26.

18Negri, T.; Op.cit.; pp. 230.

19La primera "Ley Cossiga" permitía una detención preventiva en casos de delitos de terrorismo que podía prolongarse durante once años.

20Negri, T.; Alle origini del formalismo giuridico. Studio sul problema della forma in Kant e nei giuristi kantiani tra il 1789 e il 1802; Padua, Cedam, 1962. No existe, que me conste, traducción castellana.

21 Negri, T.; El poder constituyente; Libertarias / Prodhufi, Barcelona, 1994.

22Busom, R.; El desarrollo de una teoría del poder constituyente en la obra de Negri; en "Antonio Negri. Una teoría del poder constituyente", Anthropos nº 144, pp. 35-39, Barcelona, 1993.

23Busom, R.; Op.cit.; pag. 37.

24Al respecto puede verse: López Petit, S.; Spinoza en Moscú; en "Antonio Negri. Una teoría del poder constituyente", Anthropos nº 144, pp. 50-53, Barcelona, 1993. También: Hardt, M.La constitución de la ontología: Negri entre los filósofos; en "Antonio Negri. Una teoría del poder constituyente", Anthropos nº 144, pp. 40-44, Barcelona, 1993 (trad. De Vicente Campos).

25Siguiendo esa progresión maldita que liga a Maquiavelo, Spinoza y Marx.

26Negri, T. Poder constituyente, valor de uso, comunismo; en Fin de siglo; Barcelona, Paidós, 1992, pp. 160.

27Negri, T.; El poder constituyente. Ensayo sobre las alternativas de la modernidad; Libertarias / Prodhufi, Barcelona, 1994, pp. 17 y 404.

28 Negri, T.; Op.cit; pp. 408.



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