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Montevideo, 19 de febrero de 2001



Presidente de la Suprema Corte de Justicia
Sr. Milton Cairoli
PRESENTE:


Por este intermedio me dirijo a UD. para plantearle cuál es la injusta realidad por la que atraviesan nuestros hijos y sus amigos, desde que fueran detenidos el 27 de setiembre de 1999.
Nuestros hijos -Gerardo León Giménez García y Miguel Emiliano Giménez García en el momento de su detención contaban con 21 y 20 años respectivamente-, nacieron en el exilio sueco en tiempos que aquí reinaba el fascismo. Como tantos jóvenes que nacieron en esas circunstancias fueron declarados apátridas por los tiranos de turno. Su primer patria fue Suecia. Son, por lo tanto, ciudadanos suecos. Cuando fueron detenidos eran miembros (y actualmente lo son) de la directiva del Vänskapsföreningen Sverige-Uruguay (VSU - Asociación de Amistad Suecia-Uruguay) -organismo legalmente establecido en Estocolmo Suecia-. Participaron en proyectos de desarrollo social y en el momento de su detención trabajaban en el caso de Miguel (junto a su amigo y compañero Alexander) en un proyecto recreativo de cara al barrio que implicaba la refacción de una piscina y unas canchas de fútbol, y por el lado de Gerardo estaba abocado a un plan bastante ambicioso que implicaba una red de talleres de informática a nivel barrial. En estas tareas participaban muchos jóvenes del barrio.
Asimismo trabajaban en la imprenta que poseemos y que funcionaba totalmente autogestionada.
Gerardo y Miguel, junto con tres amigos suyos (entre los que se encontraba un menor de edad) fueron detenidos alrededor de las 21 y 30 de ese 27 de setiembre. Se encontraban en una esquina (Al paso del Andaluz y Belloni), a dos cuadras y media de un comercio que había sido asaltado.
Fueron conducidos a la Seccional 17 de Policía, donde fueron salvajemente torturados por efectivos de esa Seccional. Fueron desnudados y esposados y así, unos más que otros fueron golpeados durante toda la noche. Al punto de que mi hijo menor (Miguel) estando desnudo, esposado, prácticamente colgado de un mueble de esa comisaría un policía que quería que se pusiera de rodillas, terminó pisándole la cabeza, lo que le ha generado un problema auditivo y en todo este tiempo que ha permanecido en prisión, solo una vez (en ocasión que reciben la visita de la Cónsul sueca y un abogado) un médico le miró superficialmente el oído.
En el caso de nuestros hijos fueron los más golpeados esa noche. Eran "los gringos" para la policía y en el caso de Gerardo apenas llegar a la Seccional fue rodeado por unos seis policías que le preguntaron como se llamaba y cuando les dijo "Gerardo León..."; le preguntaron si eso era un nombre, como les dijo "que sí, que era un lindo nombre", le propinaron tremenda paliza. Los policías querían que firmaran declaraciones y ellos se negaban hasta que al final las firmaron. Ninguno de los detenidos leyó lo que firmaban.
La policía utilizó métodos que no se usaban desde la época de la dictadura. Como, a modo de ejemplo, recorrer el barrio en la mañana del 28 de setiembre con fotos de estos jóvenes sacadas en la Seccional, diciéndole a los vecinos que estaban recabando información sobre ellos pues estaban siendo buscados, cuando en realidad estaban detenidos desde la noche anterior.
Pero además de la tortura a nuestros hijos y sus amigos (lo que constituye de por sí una violación a los derechos más elementales del ser humano), además de tratar de confundir a familiares y amigos, la policía incurrió en una serie de hechos totalmente arbitrarios e injustos con los cuales armó una acusación contra nuestros hijos y sus amigos y logró que finalmente se iniciara un proceso judicial. Por ejemplo, mintió sobre el lugar detención, planteando que habían sido detenidos a cinco cuadras del lugar del asalto en cuestión, para dar una idea (que el Juez tomó) como que estos muchachos habían realizado un asalto habían escapado y se sentían tranquilos tomando una cerveza a cinco cuadras del lugar. Mantuvo "demorado" durante más de seis horas al comerciante asaltado pues este les llegó a plantear que pensaba que se habían equivocado (él mismo nos dijo que lo trataron peor que cuando estuvo detenido en tiempos de dictadura por que era de la directiva de un cuadro de fútbol barrial). Planteó que el comerciante no podía reconocerlos pues estaba muy nervioso para dar lugar a ese "trámite". Trató de obligar a dos personas mayores que fueran a registrar una denuncia de asalto pues ellos tenían detenidos a los "asaltantes" (y cabe aclarar que en las "declaraciones" forzadas aparecían como que algunos de ellos habían asaltado ese comercio -un Bar- y que habían sustraído moneda falsa; y también importa aclarar que la señora comerciante desde el primer momento negó que hubiera sido asaltada). Mienten sobre las cosas encontradas (y como muestra una balanza electrónica que el oficial a cargo afirma en el memorándum policial que había sido encontrada cerca de donde habían sido detenidos y recién en la audiencia judicial de mayo el comerciante asaltado aclara que él le había dicho al comisario por teléfono que al volver de la comisaría su hermana le informa que la había encontrado y donde; el lugar que este hombre le dijo al comisario queda a más de tres cuadras del lugar de detención y cabe aclarar que tomando en cuenta la almacén asaltada queda en dirección contraria a dónde fueron detenidos).
Según la policía encuentran armas y cosas que los relaciona con los asaltos y esto es mentira y es una muestra clara de que las declaraciones fueron forzadas a fuerza de tortura. Por ejemplo, en las mismas uno de los jóvenes aparece portando un arma de juguete en el asalto en cuestión y resulta que el comerciante dijo desde el primer momento que él había visto un revólver plateado entre los asaltantes y nunca una pistola negra de juguete. La policía afirma que encuentra dos capuchas; sin embargo el almacenero dice que vio un solo encapuchado. El almacenero afirma que en el robo en cuestión le roban dinero (da la cifra), mercaderías y la balanza. Sin embargo, la balanza ahí no aparece, el dinero tampoco y la mercadería que es perecedera y que en setiembre le muestran simples envoltorios, en la audiencia de mayo el comerciante aclara que una semana antes se la habían devuelto y por supuesto los "envoltorios" estaban llenas de contenido...
Sobre el arma de fuego que encuentran cerca del lugar. La policía técnica afirma que había sido recientemente disparada y contenía dos municiones vivas. Sin embargo en el asalto en cuestión no hubo disparos. Huellas de los jóvenes no aparecen.
Sobre un cuchillo que dicen que portaba Gerardo. Y que el Juez Corujo afirma que es la prueba de que las declaraciones en Juzgado fueron frescas y espontáneas. Por un lado tampoco hay huellas digitales. Por otro lado afirma que la policía no sabía quién lo portaba y sin embargo dice que se lo requisan a él (vaya contradicción: le requisan un cuchillo y no saben quién lo portaba).
En el memorándum policial se habla de asalto, copamiento y planificación... en la declaraciones forzadas más de un joven aparece diciendo la idea fue mía mientras caminaban por la vía. Aparece que van a las 18 y 30 a la casa de un joven que después queda como campana a buscar el revólver. Sin embargo, más allá de la terminología policíaca que habla de planificación del asalto. Si ellos fueran los asaltantes estamos en presencia de jóvenes que son muy conocidos en el barrio (sin embargo, según lo que se desprende de las "declaraciones" iniciales, el que es menos conocido por la gente del barrio, es el que se pone una capucha); que conocen el barrio como la palma de sus manos -algunos nacieron y se criaron ahí- realizan el asalto y se van a dos cuadras y media a una esquina donde ven pasar el patrullero policial (y estos también los ven cuando van a retirar la denuncia) y a dónde va... y sin embargo se quedan a esperar a la policía. Tendríamos que estar en presencia de enfermos mentales o gente muy drogada o alcoholizada cosa que no es así.
El parte policial y las declaraciones forzadas le cambian totalmente la personalidad a estos jóvenes. Todos son trabajadores, cuentan con una familia que los apoya..., sin embargo según lo que envían al juzgado aparecen como jóvenes marginales que salen a robar para comer.
En el caso de nuestros hijos le niegan hasta la ciudadanía, pues ambos son suecos y la policía lo sabía, al punto que los torturadores se ensañaron con "los gringos". Son gráficos, trabajaban en nuestra imprenta y sin embargo aparecen como jóvenes abandonados a su suerte.
Y podríamos agregar montones de cosas más sobre la labor que realizó la seccional 17 en esos hechos. Y demás está decir que estos jóvenes fueron trasladados al juzgado bajo amenaza de muerte si no mantenían lo que a fuerza de una dura "biaba" les repetían los torturadores policiales. Y con la amenaza de que volvían a la Seccional, lo que finalmente pasó ya que el Juez Corujo los envió nuevamente a la Seccional 17...
Pero si es una barbaridad lo que hicieron en la seccional 17, el Juez Corujo no se quedó atrás. Tomó como válidas todas las patrañas policiales y les inició un proceso por rapiña sin siquiera haberlos interrogado.
Envió a depósito judicial hasta una pistola de juguete que fue encontrada cerca de donde son detenidos y que no aparece involucrada en ningún asalto. No se tomó la molestia de establecer el lugar exacto de detención. La hora precisa del asalto en cuestión tampoco le importa... No toma en cuenta las ruedas de reconocimiento donde los comerciantes establecen con claridad que no los reconocen como asaltantes. Y donde además dan descripciones físicas que no corresponden con las de Gerardo, Miguel y Alexander... No le presta atención a las declaración de nueve personas que testimonian a favor de estos jóvenes (uno a uno los desacredita). Por supuesto sobre huellas dactilares en las armas encontradas cerca de donde son detenidos nada dice, ni le importa. Tampoco le importa aclarar donde fueron encontradas las cosas que afirma la policía que encontró y además de que cosas se está hablando. Llega al punto de afirmar en la sentencia de que las cosas fueron entregadas en el mes histórico de devolución de las cosas (casualmente una semana antes de una audiencia judicial).
Según él no hubo tortura y trata de dar una visión en la sentencia con que finalmente los condenó que el procedimiento fue correcto y que la actuación policial intachable... Sin embargo el único fundamento con que trata de apoyarse para su sentencia es una visión de la siquiatría policial, donde -según esas teorías- los delincuentes no saben lo que hacen. Pero no hay un solo elemento probatorio. Es decir, pruebas materiales no existen. Nadie los reconoce como asaltantes, y sin embargo el Juez trata a los comerciantes como invidentes. Para afirmar que esta ante una banda de delincuentes entra en contradicción prácticamente con todos los involucrados en estos hechos: nuestros muchachos, los comerciantes que no los reconocen, la señora que incluso afirma que no fue asaltada, los policías aprehensores -que uno de ellos afirma que los ve en la esquina cuando va a retirar la denuncia, y otro que afirma que no les encontró nada encima-, los testigos que estaban con ellos en momentos de los asaltos, el barrio que conoce a nuestros jóvenes y que firmó reclamando su libertad (y que al Sr juez Corujo le pareció impertinente e improcedente)... Todos mienten, menos los policías de la seccional 17.
Llega al colmo de formular en su sentencia que en ningún momento explicaron porque declararon lo que declararon en el Juzgado y en la Audiencia de diciembre los jóvenes lo dijeron y Gerardo fue muy claro al respecto. Y no solamente explican esto, sino que dan detalles y descripciones físicas de los torturadores.
Hay cosas que son realmente lamentables por parte de un Juez. Uno puede entender que muchas veces los tiempos o los mecanismos judiciales y las respuesta que uno da no sean en tiempo y forma. Por ejemplo, con respecto a que no hubo apelación al comienzo mismo del proceso fue porque el primer abogado que nombramos (yo mismo firmé en el mostrador del Juzgado) lo dejaron sin efecto ya que en ese mismo mostrador le rompieron el nombramiento en cuatro pedazos. O que la inexperiencia de estos jóvenes que nunca habían estado involucrados en estos problemas, que no cuentan con ningún tipo de antecedente policiales ni judiciales... que llegaron al Juzgado luego de haber sido torturados, amenazados de muerte, con la amenaza de volver a la seccional si no mantenían las "declaraciones", con las ropas destrozadas... en realidad lo único que querían en esos primeros días era no volver a seccional, y que esto había creado toda una situación que iniciaba un proceso. Hasta podemos entenderlo. Pero lo que es inamisible es que un Juez le de tantas vueltas a las cosas para luego condenarlos a los años de prisión que los condenó. Al punto de que en su sentencia prácticamente se refiere con sorna cuando se refiere a mi hijo -Miguel Emiliano- que un aprendiz de Gavaso llegó a pisarle la cabeza...
El Juez Corujo ha afirmado públicamente que él ha investigado las denuncias de torturas. Es mentira. También ha afirmado que les tomó declaraciones el mismo 27 de setiembre. Es mentira. Ha afirmado a las autoridades suecas que Gerardo y Miguel son ciudadanos uruguayos y que por lo tanto las autoridades suecas solo pueden visitarlos a la cárcel y nada más... Y esto es mentira: Gerardo y Miguel la única ciudadanía con que cuentan es la sueca. No son ciudadanos uruguayos pues nunca lo solicitaron...
Finalmente tenemos que decir que el Juez Corujo sin pruebas y basándose en las "declaraciones" forzadas los sentenció a: Gerardo por un delito de rapiña a 7 años y un mes de penitenciaría; a Miguel y Alexis Tourné por dos delitos de rapiña a las penas de 7 años y 4 meses; a Alexander Montero por porte de arma con dos delitos de rapiña (una de ellas como co-autor) a la pena de 7 años y 4 meses. Afirma que les toma en cuenta todos los atenuantes habidos y por haber. Evidentemente estamos ante un ensañamiento con estos jóvenes, que no cometieron delito alguno, que ningún bien le hace a la Justicia en este país.
Actualmente la Dra. Lilián Curbelo Podestá, abogada defensora de Gerardo y Miguel, ha apelado ante el Tribunal de Apelaciones.
Pero uno puede pensar que cuando intervienen el juzgado los derechos humanos de estos jóvenes o de cualquier preso están asegurados. Y aquí nos encontramos que esa realidad de barbarie policíaca que recuerda épocas que tienen que estar superadas por la sociedad uruguaya, se mantiene también en las cárceles uruguayas. Es así que en el COMCAR cada vez que sucedía algo nuestros hijos y sus amigos eran duramente castigados. Además de las condiciones de vida infrahumanas a la que están sometidas las personas detenidas en esa cárcel se agregaban la duras palizas que recibían. Esto nos obligó a plantearle al Juez cual era la realidad que vivían nuestros hijos en la cárcel. Esperamos alguna respuesta. No hubo ninguna por parte de él. Lo que hizo fue adjuntar nuestros reclamos al expediente y lo que sucedió fue que las peores palizas vinieron después.
Hubo que iniciar una campaña pública a nivel nacional e internacional para que hubiera un poco de respeto en la cárcel para con estos jóvenes.
Hubo que plantear en la audiencia judicial de mayo el nombre de un carcelero que había llegado a amenazarlos de muerte, ya que se jacta que ya tiene dos muertes encima y el soluciona las cosas a tiros. Porque para este señor hablar de derechos humanos de los detenidos es meterse en su trabajo. Luego de eso parecía que por lo menos también esto se había parado. Sin embargo luego colocan en la celda de nuestros hijos un guardia de seguridad muy afecto a pintar svásticas y a fundamentar (parece cosa de locos) que las penas que reciben los presos son livianas y que habría que imponer la pena de muerte. Esto generó problemas. Fue una brutal provocación en donde, la mano de este oficial no estuvo ajena. Su guardia lanzó una serie de bolazos para que nuestros hijos y sus compañeros de celda tuvieran problemas con otros presos. Como no prosperó los enviaron la Penal de Libertad, para ver si ahí lograban ese cometido. Con una gran satisfacción el mismo "Perro Marquez" (como lo llaman) se encargó en persona de informar a mi compañera que nuestros hijos habían sido trasladados al Penal. Y por supuesto, demás está decir que dio orden a la guardia del Módulo 5 para que los apalearan y hasta estuvo discutiendo con los coraceros para que ellos también lo hicieran...
Por la libertad de estos jóvenes han firmado más de doscientas personas. Es un barrio que los reclama. Se ha planteado a nivel de la Comisión de DD. HH. del parlamento y su presidente el diputado Guillermo Chiflet ha realizado en más de una ocasión declaraciones al respecto. Se han expedido los organismos de DD.HH. SERPAJ reclamó por sus derechos a la Comisión de DD.HH. del parlamento uruguayo y realizó una visita de cárcel donde hablaron con Gerardo. Amnistía Internacional desde su sede en Londres ha reclamado ante el gobierno uruguayo que se esclarezcan estos hechos y también ha emprendido una campaña de solidaridad internacional con nuestros jóvenes en prisión. El VSU organismo sueco del cuál Gerardo y Miguel eran y son dirigentes a nivel juvenil ha pedido una entrevista al Presidente Jorge Batlle. Desde el comienzo mismo Suecia ha pedido informes al gobierno uruguayo. La Cónsul y luego el Embajador realizaron visitas de cárcel. La injusticia de la cárcel de nuestros hijos ha sido analizada durante varios días en el parlamento sueco. Se han solidarizado y reclaman la libertad de nuestros hijos y sus amigos centrales sindicales de Suecia y España. Desde Argentina, Brasil, España, Suecia... se han estado realizando denuncias de esta situación y sabemos que se han enviado cartas y postales reclamando la libertad de nuestros muchachos. Desde Argelia donde se ha formado un Comité de apoyo cientos de jóvenes argelinos han enviado una carta reclamando libertad al Presidente uruguayo, al Ministro del Interior, y al juez actuante. En Buenos Aires se conformó la "Comisión Internacional por la Libertad de los Muchachos Suecos y Uruguayos detenidos en Uruguay" que -entre otras actividades- mantiene información constante vía Internet. En Australia hay diputados que siguen de cerca este caso... Aquí, además de la solidaridad total de nuestro barrio, nos apoyan los gremios de trabajadores: los del taxi, del transporte, los gráficos, municipales, del INAME, la FUS que resolvió en su Congreso Extraordinario apoyar el reclamo de libertad por unanimidad...; los estudiantes; Intersociales; los compañeros de las Radios Comunitarias, agrupaciones sociales, juveniles, barriales, ateneos..., los compañeros de HIJOS, de la Plenaria por Memoria y Justicia..., organizaciones políticas... La denuncia de estos hechos ha logrado salir en alguna prensa grande, pero de boca en boca se ha abierto paso. Sabemos que hoy hay miles y miles de personas que no pueden aceptar que estas cosas sigan existiendo. Por que aceptar el pisoteo sistemático de los DD.HH. nos lleva de cabeza al fascismo. Esta lucha por la libertad y el respeto a los derechos del ser humano no ha de cesar, sino que ha de profundizarse.
Hoy nuestros hijos se encuentran en el Penal de Libertad, ni siquiera están juntos... Alexander, otro de los jóvenes involucrados, se encuentra en el Módulo 3 del COMCAR... Alexis el otro joven que fue sentenciado con ellos sabemos que se encuentra internado en el hospital siquiátrico, y la responsabilidad exclusiva de la situación en que se encuentra es de un sistema carcelario-represivo que va aniquilando física y sicológicamente a las personas detenidas...
Hoy le escribimos pues sabemos que en vuestras manos puede estar la solución a esta situación. Estamos realmente muy preocupados por la suerte de nuestros hijos. Día a día vemos una realidad carcelaria que tendría que no existir más. Por que ningún bien le hace a la sociedad. Hemos visto el COMCAR, ahora el Penal: son una verdadera vergüenza para nuestra sociedad... Escuchamos a través de los medios masivos de comunicación comunicados como que el país estuviera en guerra, una guerra no declarada a la delincuencia. Se trata de parar la violencia con más violencia y lo único que se logra es que la violencia y la barbarie se multipliquen... Ya nadie sostiene que las cárceles uruguayas sean lugares humanos de reclusión..., sin embargo lo único que parece que se les ocurre a las autoridades de este país es la construcción de nuevas cárceles, más sofisticadas, más "seguras", en realidad más inhumanas... Hemos convivido con los presos sociales, con sus familias... la mayoría son hombres -muy jóvenes- sedientos de hambre, de falta de trabajo, de educación... Son consecuencia directa de los problemas sociales que afectan a todo nuestro pueblo.. Esos problemas no se solucionan con represión, con violencia... además nuestro pueblo en ningún momento ha pedido que hayan campos de concentración para los infractores. Nuestra gente nunca lo admitiría... El problema del respeto a los DD.HH. no es un problema de plata es un problema de convicción.
Procesos como en el que están inscriptos nuestros hijos y sus amigos a nadie le sirven. Ni a la sociedad en su conjunto y mucho menos a la Justicia. Tratar de demostrar lo indemostrable como ha tratado de hacer el Juez W. Corujo coloca a la Justicia en sus peores momentos. ¿Así tienen que ser las cosas?. ¿Impunidad total para la barbarie represiva? ¿Para los que se animen a cuestionarla más palo? ¿Desprecio absoluto para la gente del pueblo y sus derechos? ¿Hasta dónde se piensa que puede llegar la soberbia desmedida del poder? ¿Alguien cree que en materia de DD.HH. puede haber doble discurso y que a la realidad represiva nadie ha de enfrentarla? Evidentemente las cosas tienen que ser distintas. La Justicia no puede ser un simple formalismo para que los torturadores y corruptos se salgan con la suya. Hoy es de justicia liberar a nuestros hijos y sus amigos.
Lo saluda atte.

Luis Giménez

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