Entre las sábanas, nos acurrucamos con nosotras mismas. Dejamos atrás todo el bullicio de la ciudad, sus coches, su movimiento, su juego.
Desde nuestra cama, espacio cálido y confortable, tenemos presente lo que esta sucediendo a nuestro alrededor. Observamos esa ciudad donde pasa las cosas, donde se pone en juego nuestras vidas. Y ante nuestra mirada, se nos convierte en algo irreal, se convierte en un plano de colores donde los coches de jugete vuelan por encima de nuestras cabezas. Su velocidad no nos afecta: como estos cochecillos de juguete, el ritmo fugaz de nuestras vidas, velocidad a veces impuesta, se convierte en dominable. Quando la movilidad es algo que se escoge, podemos escoger quedarnos en la cama y des-oir la llamada de los acontecimientos. Quedarnos en una duermevela mientras dejamos al movil sonar.