6. Parte VI. Desde que voy a la universidad ya no me queda tiempo para aprender.

La propuesta nos resulta particularmente excitante a l@s alumn@s de la uned dado que en nuestra universidad no hay clases (¡la universidad sin clases }!) sino tutorías. El problema es que la gente que asiste a las tutorías a menudo espera que les den una clase y al final estas terminan por ser ni una cosa ni la otra. El sistema de tutorías podría moverse en los parámetros de un conocimiento dialéctico, sin embargo, por motivos diferentes a los de la clase, queda igualmente abolido como espacio, ya que se plantea como lugar de resolución de la duda particular y en absoluto como tiempo o espacio en el que todo el saber de la asignatura se pone en duda. Hay aulas con muros aún en la uned, y, por las características de la tutoría, el tipo de muros son de los que rodean cada una de las mesas y sillas, dado que es la duda singular de cada alumn@ la que ha de ser resuelta, prácticamente en particular, por el profesortutor.

Además en la uned el recurso complementario de los seminarios se practica poquito. Ni presencialmente, ni a través de la telemática, se da con esa formula que nos serviría para abrir la asignatura

El tema es que hay muchísimos profesores titulares y catedrátic@s que se limitan a firmar un programa de estudios, a avalar la corrección de los exámenes, y a recibir cuantiosas plusvalías por ningún trabajo en absoluto. En nuestra universidad quienes trabajan son los profesores tutores, los alumn@s y los propios trabajadores y personal administrativo de la universidad, pero en las oscuras cavernas de los departamentos debe de ser que suena casi como una herejía pronunciar las palabras "seminario presencial" y "más de cinco alumn@s juntos" ha de ser una expresión que causa auténtico terror a algun@s, e igual impresión que la luz del día en los ojos del preso.

Lo que acertadamente han dado en llamar "virtual" (virtual, claro, en el sentido real del término) se limita por ahora a unas pocas carreras y basada en decisiones, más que discutibles, intolerables en una universidad pública. La uned está produciendo contenidos en libro electrónico pero a través de un indigno acuerdo con Bill Gates, propietario de Microsoft, de modo que los usuarios de otros sistemas operativos quedan marginados del acceso a esos libros, dado que windows procura que sus formatos no sean compatibles.

Es intolerable que en una universidad pública se tomen decisiones que marginan a una parte de la comunidad de los recursos que pone en marcha el propio centro. Y es así mismo intolerable, que desde la uned se apoye de ese modo un monopolio brutal, como microsoft, que constituye hoy día una dictadura de mercado a nivel mundial, máxime cuando las cuantiosas licencias que cobra microsoft por sus sistemas operativos salen del dinero de tod@s y tod@s, de las matrículas y de los impuestos. Simplemente ni la uned, ni cualquier otra universidad, ni la empresa pública, ni la administración del estado, tienen derecho a regalarle treinta mil pesetas al año por puesto de trabajo y pc, o sea cientos de millones de euros, a una multinacional que no es que venda un producto, sino que controla absolutamente el mercado y por ende las comunicaciones a nivel planetario. Hay otras opciones, hay otros sistemas operativos, gratuitos incluso, que han sido perfeccionados y mejorados con la ayuda y la participación de más gente de la que microsoft podrá dar jamás trabajo. Así que no se trata solamente de la desvergüenza de que desde la universidad pública se virtualicen unos contenidos en un formato incompatible con el de muchos usuari}@}s, sino de que tiran nuestro dinero pagándole a un monopolio que no sólo es intolerable desde el punto de vista de lo radicalmente democrático, sino también desde las ópticas de los "liberales" o de los defensores de la ley del mercado.

Este tipo de decisiones se producen creo que no por un desprecio directo de los profesoresadministradores a l@s alumn@s, sino simple y llanamente porque en la uned han confundido "a distancia" con "distante" y han sido absolutamente incapaces de generar una comunidad universitaria en los centros. Es más, dado lo discutible de muchas de las decisiones que toman los directivos de esta "empresa", que lo es de facto según la lou, pueden parecer particularmente interesados en que tal comunidad no se forme nunca y se les permita seguir tomando decisiones arbitrarias sin más refrendo que el de los órganos de gobierno que no gozan ni del más mínimo conocimiento por parte del alumnado, ni de demasiada legitimidad democrática dados los índices de participación en los "plebiscitos" "celebrados". En cualquier caso se trata de órganos jerarquizados y propios de un derecho, que aunque parcialmente garantista, deciden en función de su autoridad, y por lo tanto son aún más que incompatibles, ajenos a la creación y a la vida de las comunidades.

Pensar en términos de comunidad significa actuar en base a criterios que no dejen a nadie fuera de los recursos, y previo a esto incluso, en la uned, poner en marcha esos mismos recursos, que hoy por hoy prácticamente no existen a pesar de todo el bombo y platillo que le han dado a la universidad "virtual". Quien debe de poner en marcha esos recursos somos nosotres les alumnes y quien debe de participar de esa comunidad y, por tanto crearla permanentemente, somos les alumnes más l@s profesores que tengan algo nuevo que enseñar y que se hayan dado cuenta de que nada nuevo van a }aprende}r mientras la educación siga exclusivamente organizada entre muros huecos y puertas cerradas.

Mírenlo en el diccionario, realmente sí, ustedes están virtualizando esta universidad hasta el punto de perder todo contacto con la realidad del alumnado, de las transformaciones sociales y de los medios para hacer del conocimiento un todo más libre, justo y realmente democrático.