La generación en comunidad. Hacia el aula sin muros.

Giya


Table of Contents
1. Parte I. Si paso por un campus me siento rodeado como en la invasión de los ultracuerpos.
2. Parte II. El programa de estudios es una especie de spot que te vende algo.
3. Parte III . Sólo ligo con la chica o el chico que me presta los apuntes.
4. Parte IV. Hay a quien le gusta charlar en aulas vacías, en las que no hay nada ni nadie.
5. Parte V. Siempre que me acerco a un profesor lo veo como a un funcionario que está al otro lado de una ventanilla.
6. Parte VI. Desde que voy a la universidad ya no me queda tiempo para aprender.
7. Parte VII. Estudia en las discotecas y ve a la facultad sólo los días de fiesta.
8. Parte VIII. Conclusión: Se le acabó a l ministerio el negocio de las centram inas.

1. Parte I. Si paso por un campus me siento rodeado como en la invasión de los ultracuerpos.

A menudo l@s estudiantes nos pedimos apuntes. Está quien pide constantemente apuntes y quien siempre los presta; si sólo fuera eso sería improductivo . Hay quien dice que los estudiantes se dividen fundamentalmente en dos clases: los que copian lo que dice el profesor y los que fotocopian lo que otro dice que ha copiado de lo que dice que dice el profesor. Así que, esencialmente, habría una especie de jerarquía en la que en la cúspide están el profe y un "Libro", aparentemente no interpretable y pleno (fantásticamente) de mensajes unívocos, y en la base se encuentra el estudiante desengañado que se abstiene de asistir a las sesiones taquigráficas (también llamadas "clases") y busca únicamente una transcripción válida de ese "saber" que reproducida en el espacio en blanco del examen permita un texto mellizo del unívoco que la cúspide de la jerarquía aprueba; o sea, este sistema de copias y fotocopias que practicamos en la universidad es empobrecedor y piramidalmente parasitario: en el fondo tanto profesores, como alumn@s taquígrafos, como alumn@s "ágrafos", tod@s parasitamos un saber de un saber que no existe: no hay saber unívoco.

Tras haber conseguido el texto sacro, el apunte, (sacro no es el libro, puesto que es interpretable y por lo tanto bastante lejano del propósito del examen, por tanto ajeno al fin de la actual universidad) se pone en marcha todo un proceso que depauperiza determinantemente el medio universitario y el sistema educativo más de lo que cualquier lou o gobierno podría conseguirlo nunca. El proceso consiste en que el saber deja de ser dialéctico, si es que alguna vez hubo la posibilidad de que así fuera. El espacio del aula quizás pudiera responder a la interpelación de lugar de intercambio, lugar de crítica, momento de debatir un saber, antes de que sea definitivamente dado por sabido. Sin embargo el espacio del aula queda definitivamente abolido porque en su lugar se da la clase, la clase como repetición sistemática e independiente de qué o quienes se encuentran allí. Diferentes personas se encontrarán en una clase cada año, incluso se encontrarán diferentes cada día y sin embargo el profesor repetirá año tras año un discurso gemelo de él, en el que, aún cambiando los matices, el propósito esencial es proponer a los alumnos como idénticos y hacerlos objeto de un saber que igualmente otorgue a todos, a la postre, parecida identidad.

La universidad tiene tres problemas muy importantes: l@s profesores, les alumnes y las clases; los que debieran ser sujetos y medio de solución. Pero ni profesores ni alumnes son sujetos, ya que toda la función universitaria que desarrollan pasa por ser precisamente objetos receptores de un determinado saber a ser posible idéntico. Y la clase es precisamente un problema porque, en lugar de ser un espacio, se convierte meramente en un medio que intermedia entre la reproducción del saber por parte del profesor y la reproducción de ese saber en los alumn@s. A saber, la universidad ya no produce más que a nivel muy particular: una salida profesional y por tanto una mejor calidad de vida para el alumno y para el profesor, pero en absoluto la universidad produce hoy sociedad: donde habría de haber ciudadan}a}s} y ciudadanos} la cadena de montaje universitaria manufactura empleados y donde se debería de tratar al conocimiento se otorga una enseñanza. Así, cuanto más idéntica/o es la/el alumna/o a lo que se sabe, mayor aprobación obtiene de sus iguales, veremos ahora cuales. Sea, que si sabe lo poco que al final ha de saberse (lo poco que cabe en un examen) y sabe todo y completamente ese poco, obtendrá la mayor aprobación del mayor igual: en este caso el del profesor; saber da lo mismo.