u
Piratería, plagio, canones sobre fotocopias y CD-R, mesa antipiratería, movimiento de software libre, Napster, copyleft, Top Manta, biopiratería, medicamentos genéricos, tecnologías peer to peer... hace ya tiempo que nuestra actualidad se ve inundada confusamente de palabras y nombres que expresan de hecho un profundo contencioso social sobre la circulación de ideas, la propiedad intelectual, las modalidades del derecho a copia, el libre acceso a los bienes públicos y las fuentes de la creación.
La digitalización ha cambiado por completo el contexto tecnológico que vio nacer el copyright como forma de proteger la creación: ahora, cualquier persona de a pie puede hacer copias por sí misma, ya no es necesaria una producción en masa centralizada. ¿Cómo se puede en un contexto tecnológico tan cambiado estimular y proteger la creación sin restringir el acceso colectivo a los bienes culturales, sin dejar fuera de la ley relaciones sociales tradicionales como prestar un libro (en el caso de los libros electrónicos) o grabarle un disco que te gusta a otra persona? Si tenemos en cuenta que la creación se alimenta de la cooperación de los cerebros y del libre intercambio de ideas, ¿qué propiedad se defiende endureciendo viejas leyes pensadas para otros momento histórico? El movimiento del software libre, del copyleft y el all rights reversed, demuestran que la idea de una sociedad que no se sienta criminalizada por compartir cosas con sus vecinos no es incompatible con la creación de bienes públicos (en este caso, piezas de software libre de altísima calidad) ni con el hecho de que el autor sea remunerado por su trabajo. El bombardeo mediático que pretende asociar toda iniciativa que promueva la libre circulación de ideas con los piratas que asaltaban barcos y desvalijaban a sus pasajeros será incapaz de frenar el movimiento subterráneo de gente que comparte bienes creativos a menos que imponga una legislación de terror. Invitamos a sumarse a estas jornadas a los demás, a los que constatan con valentía que los métodos tradicionales para proteger los productos del intelecto y la creación artística se han vuelto ineficaces y quieren discutir y reformular la propiedad intelectual en beneficio de creadores y usuarios.
A finales de marzo de 2003, promovidos por la Universidad Nómada y organizados por multitud de personas de ámbitos ligados a la libertad de información, se celebran en Madrid unos encuentros críticos sobre propiedad intelectual en La Casa Encendida y en el Centro Social El Laboratorio. Trataremos de reunir a gente de diversos ámbitos que ven su trabajo creativo amenazado por las modalidades restrictivas de copyright: músicos, editores, programadores informáticos, traductores, escritores, estudiantes, usuarios, etc. Se trata de plantear colectivamente preguntas y experiencias, elaborar colectivamente discursos e iniciativas de trabajo y distribución que no restrinjan el derecho a copia ni ahoguen la creación colectiva.