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             SECCIONES 
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                         "Las prisiones 
                          son una parte más de la esencia represiva de 
                          todo Estado, no hay que olvidar la parte que nos toca 
                          a lxs que aún seguimos en la calle. 
                        No 
                          podemos ver las cárceles como algo aje-no a nuestras 
                          vidas, cuando desde temprana edad hemos sido cond-icionadxs 
                          a no romper las normas, a seguir una normalidad impuesta; 
                          el castigo siempre está presente para lxs que 
                          no quieren pasar por el aro. 
                        En 
                          el trabajo, en la escuela... domesticando y creando 
                          piezas para la gran máquina, piezas que no se 
                          atrevan a cuestionar o que no tengan tiempo para hacerlo. 
                        Hemos 
                          sido obligadxs a crecer en un medio hostil donde es 
                          dificíl desarrollar nuestros propios deseos. 
                        La 
                          rebeldía brota de algunxs, otrxs simple-mente 
                          se acomodan en la mierda, tapando sus frustraciones 
                          con lo que le dan quienes antes les despojaron de todo. 
                          O viendo sus problemas como algo aislado, único 
                          y personal. 
                        Para 
                          lxs que no tragan o no se adaptan al gran engaño 
                          ahí tienen sus cárceles, reformatori-os, 
                          psiquiatrícos ... creados por los que no quieren 
                          ver peligrar las bases de su falsa paz. 
                        No 
                          podemos ignorar la lucha de lxs compañe-rxs presxs. 
                        Su 
                          lucha es nuestra lucha." 
                        [comunicación 
                          directa] 
                           
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                QUIEN 
                  ES MARCO CAMENISCH 
                   
                  "Si ahora hablo largo y extenso no 
                  es para justificarme o para pedir clemencia. Quiero solamente 
                  aclarar por qué se han hecho algunas cosas y por qué 
                  es necesario hacer cosas. No quiero demostrar que hemos actuado 
                  de la forma estratégicamente correcta. Hemos respondido 
                  a la guerra del Capital como víctimas del Capital. Afirmamos 
                  no reconocer esta Corte, sometida a la burguesía capitalista. 
                  Afirmamos que, si nos presentamos, lo hacemos para no facilitar 
                  a la justicia de clase la tarea de declararnos locos, marionetas 
                  peligrosas, para hacernos desaparecer en sus tumbas de cemento. 
                  No somos ni egoístas ni idealistas: somos seres humanos 
                  críticos y responsables, sin ninguna ambición 
                  de asumir un rol de mártires o de héroes. (...) 
                  Quien quiere entender tiene oídos para escuchar, quien 
                  quiere ver tiene ojos para leer y darse cuenta de lo que sucede 
                  cotidianamente en el mundo. Quien quiere pensar tiene el cerebro, 
                  quien quiere entender comprende el lenguaje de la humanidad 
                  y de la vida. Los cadáveres vivientes comprenden solamente 
                  la lengua del dinero, de la riqueza, del poder, de la ley. A 
                  esos solamente podemos decir: "Considerando que sólo 
                  escuchan a los cañones, que no entienden otras lenguas, 
                  hemos decidido que conviene dirigir los cañones contra 
                  ustedes". El compañero Marco Camenisch nació 
                  en Campocologno (Suiza), en 1953. Cursó sus estudios 
                  en la escuela Schiers pero a un año de recibirse de bachiller 
                  dejó de cursar porque se negaba a seguir participando 
                  de "en un sistema escolástico que trata de forjar 
                  otra ruedecilla bien aceitada para el funcionamiento de los 
                  engranajes  
                  de una sociedad meritocrática y elitista, basada sobre 
                  los mecanismos de la explotación". Luego de esa 
                  ruptura ingresó a la escuela agrícola Plantahof 
                  pero, puesto en confrontación con la realidad de la agroquímica, 
                  buscó una alternativa en sintonía con el respeto 
                  a la naturaleza. Optó por la vida pastoril y en el aislamiento 
                  de la montaña sintió la necesidad de participar 
                  activamente en un cambio de las estructuras de la sociedad, 
                  así se incorporó a lucha ecologista radical. El 
                  movimiento antinuclear suizo se había fortalecido a partir 
                  de la ocupación de los terrenos donde debía construirse 
                  la central de Kaiseraugst, en 1975, y en los años sucesivos 
                  se extendió al  
                  iniciarse la lucha contra la planta de Gösgen. Las movilizaciones 
                  fueron creciendo hasta llegar al año '79, un hito decisivo 
                  en esa batalla ya que el problema había sido planteado 
                  a nivel parlamentario y era debatido abiertamente por el grueso 
                  de la gente. Pero las cosas empezaron mal, el 18 de febrero 
                  la denominada Iniciativa Antinuclear es derrotada en un plebiscito, 
                  48,8% contra 51,2 %, las centrales atómicas seguirían 
                  proliferando. Al día siguiente un atentado destruyó 
                  el Pabellón de la Mentira, construido para hacer propaganda 
                  en favor de la central nuclear de Kaiseraugst, los daños 
                  superaron el millón de francos. El 20 mayo se realizó 
                  una nueva consulta, allí triunfaron los ecologistas moderados, 
                  se aceptó la construcción de centrales nucleares, 
                  pero condicionados por toda una larga serie de requisitos. Las 
                  noticias sobre el accidente nuclear en la planta estadounidense 
                  de Harrisburg y las campañas hechas durante el largo 
                  feriado de Pascuas no causaron el efecto deseado. Los verdes 
                  más radicalizados manifestaron su descontento, una ola 
                  de atentados azotó los cantones de  
                  Argavia, Soletta, Zurich, San Gallo y Ticino. Entre el 20 y 
                  el 22 de mayo fueron incendiados los automóviles de numerosas 
                  personalidades ligadas al negocio nuclear. A principios de junio 
                  5000 personas ocuparon el predio donde se estaba construyendo 
                  la central nuclear de Leibstadr. El 20 de agosto se produjo 
                  un accidente en la central nuclear de Beznau comparable al de 
                  Harrisburg, pero en esta oportunidad los mecanismos de seguridad 
                  funcionaron. Las autoridades hicieron todo lo posible para evitar 
                  que el desperfecto sea explotado políticamente, tal es 
                  así que la noticia de lo sucedido llegó a Suiza 
                  a través de la cadena norteamericana de televisión 
                  CBS y el gobierno sólo se limitó a confirmarla. 
                  En noviembre se inició una nueva serie de atentados con 
                  explosivos que se extendió hasta los últimos días 
                  del '79. El 3/11 una carga de dinamita estalló en la 
                  central nuclear de Gösgen, que en ese momento se encontraba 
                  en la fase de prueba y cuya puesta en marcha se estipulaba para 
                  el día 19, produce daños por un millón 
                  de francos. El 13/11 explotó otra bomba, el blanco fue 
                  una torre de la línea de alta tensión Rheintal-West 
                  en el límite entre Suiza y Liechtenstein. La explosión 
                  le costó alrededor de 21.500 francos a la sociedad eléctrica 
                  NOK. El último golpe fue la noche de Navidad, exactamente 
                  a las 4.36 de la madrugada, el transformador  
                  de la central hidroeléctrica Sarelli se transformó 
                  en una montaña de escombros y fierros retorcidos. Los 
                  daños ascendieron a 1,4 millones de francos. A partir 
                  de la bomba navideña comenzó a hablarse de Marco, 
                  y pasado el tiempo él también habló del 
                  tema: "¿Por qué golpear la central Sarelli 
                  precisamente la noche de Navidad? No sólo por razones 
                  de seguridad. Quería hacer una demostración de 
                  solidaridad con Jesús, el conspirador, el nómada, 
                  el revolucionario, el rebelde, el combatiente partisano que 
                  en el Sermón de la Montaña decía claramente: 
                  'Bienaventurados los que ahora tienen hambre,  
                  porque serán saciados. Bienaventurados los que ahora 
                  lloran, porque reirán...  
                  ¡Pero ay ustedes los ricos, porque tienen ya su consuelo! 
                  ¡Ay a ustedes que están ya saciados, porque tendrán 
                  hambre! ¡Ay a ustedes que ahora ríen, porque tendrán 
                  pesar y llorarán!' La nuestra ha sido una manifestación 
                  de rabia por la negación del Jesús del amor, de 
                  la fuerza, de los pobres, por una religión que desde 
                  hace 2000 años es arrogancia de clase y de raza. Pretexto 
                  para genocidios y conquistas, que se siente obligada a crear 
                  una imagen de Jesús servil, asceta, transcendente, opio 
                  de los pueblos. Las orgías navideñas, el consumismo, 
                  la falsedad en su nombre, le darían vómitos.¡Vómitos 
                  y rabia!" Después del atentado a la central Sarelli 
                  se produjeron una serie de detenciones, ofrecían 10 mil 
                  francos como recompensa a quienes dieran información 
                  sobre los 'atentadores'. Hubo una delación, la Fiscalía 
                  de la Confederación Helvética libró un 
                  pedido de captura contra Marco Camenisch y René Moser. 
                  El 2 enero arrestan a René H., un ex marino mercante 
                  de 27 años que reconoció haber ocultado material 
                  explosivo pero negó su participación en los atentados; 
                  el 18 la policía cayó sobre Moser y Camenisch. 
                  Un año después llegó el juicio, la condena 
                  y el traslado de la cárcel de Coria a la de Regensdorf. 
                  Pero el encierro no duró diez años como preveía 
                  la ley. El 17 de diciembre seis personas escaparon de la cárcel 
                  de Regensdorf, Marco era uno de ellos. Durante la fuga murió 
                  un guardia y otro resultó herido, tiempo después 
                  Marco publicó un artículo en el número 
                  65 del mensuario anarquista Acción Directa. "Ellos 
                  quieren ser nuestros señores, nosotros no queremos ser 
                  ni siervos ni patrones. Por eso nos han encerrado, por eso nos 
                  hemos evadido. Por eso hemos matado a un mercenario. Pero el 
                  asesino es el Estado, adiestrador de siervos voluntarios, ciudadanos 
                  soldados, policías y otros portadores de uniforme, de 
                  los cuales algunos son robots sin ningún instinto de 
                  conservación, que en las prisiones de sus patrones torturan 
                  y hacen estragos contra la más elemental dignidad humana. 
                  (...) No contentándose con asesinar, el Estado hace también 
                  de chacal, explotando cadáveres para  
                  mantener, profundizar y restablecer la interiorización 
                  de la opresión, y la opresión misma. Con éxito, 
                  considerando el hecho de la corona de flores enviada por algunos 
                  presos a su negrero muerto." La prensa se olvidó 
                  de Marco hasta el otoño (boreal) del '89, cuando murió 
                  su padre. La policía esperó agazapada la llegada 
                  de nuestro compañero, pero él no apareció. 
                  El 3 de diciembre fue asesinado un guardia fronterizo, lo único 
                  que se supo del matador era que tenía barba, suficiente 
                  para responsabilizar a Camenisch. Pero ese día Marco 
                  - y sin barba - estaba en Campascio junto a su madre y su  
                  hermano, en la casa de una familia que lo ayudó a huir 
                  hacia Italia. El 5 de noviembre de 1991, después de un 
                  violento tiroteo cerca de Cinquale de Montignoso (Italia), los 
                  carabinieri detuvieron a Giancarlo Sergiampietri y a Walter 
                  Naf, quien en realidad era Marco. Durante el tiroteo Camenisch 
                  fue herido en ambas piernas, pero sus heridas fueron algo secundario 
                  en comparación con la lluvia de acusaciones que cayó 
                  sobre él. El diario italiano Corriere de la Sera informó 
                  el 12 de noviembre sobre explosión de dos bombas en Toscana, 
                  una dañó un albergue en Cinquale y la otra un 
                  poste de la empresa nacional de energía ENEL en Montignoso. 
                  En el artículo comenzaban a aparecer las primeras especulaciones: 
                  "Ayer en la Fiscalía de Massa Carrara hubo una reunión 
                  para tratar de establecer si existen conexiones entre los dos 
                  atentados - uno realizado con la misma técnica con la 
                  que desde hace tres años han sido dañados más 
                  de 20 postes en Toscana - y el arresto del terrorista suizo 
                  Marco Camenisch, sorprendido por los carabinieri junto a un 
                  cómplice mientras transportaba un kilo de explosivos, 
                  probablemente destinados a una acción contra los postes 
                  de las centrales de Massa...". En Italia Marco se había 
                  relacionado con los compañeros de Carrara, a quienes 
                  sólo les dijo que se llamaba Martino. Luego de la detención 
                  el periódico libertario Umanita Nova publicó un 
                  comunicado: "En posesión de Martino han sido halladas 
                  dos pistolas y dos rudimentarias bombas de mano, e inmediatamente 
                  la prensa local reprodujo los papeles relativos a la pista del 
                  ecoterrorismo y del terrorismo internacional. Martino parece 
                  haber sido identificado como el Marco Camenisch, un compañero 
                  suizo prófugo desde hace  
                  varios años después de la evasión de la 
                  cárcel de Regensdorf. Por ahora el movimiento anarquista 
                  - en cuanto parece - es dejado afuera de toda vinculación, 
                  pero también es posible la construcción de una 
                  mega-banda-terrorista-internacional...". Marco fue juzgado 
                  por tentativa de homicidio, portación ilegal de armas 
                  y de material explosivo, y por los atentados contra torres de 
                  alta tensión y antenas repetidoras de la RAl (televisión 
                  estatal italiana). En la primavera del '93 fue condenado a 12 
                  años de cárcel y al pago de 400 millones de liras 
                  a la ENEL. Durante el proceso en Massa, nuestro compañero 
                  se comportó sólo se limitó a leer sus manifiestos: 
                  "Hace ya muchos años afirmaba que quien comprende 
                  el modo de proceder del capitalismo y comprende que sus exigencias 
                  son totales, que sabe que con este sistema las previsiones para 
                  el futuro son nulas y no quiere ser cómplice, esclavo 
                  y víctima de esta delirante dictadura consumofascista, 
                  debe por la fuerza oponerse, combatirla con todas sus capacidades, 
                  con todas y con todos. Dije también que se trata de una 
                  lucha por la supervivencia desnuda y cruda, no más, desde 
                  hace años ya, concebible y necesaria sólo para 
                  salvaguardar la libertad, la dignidad, la Tierra y por esto 
                  del pan individual o de clase o de grupo, sea étnico, 
                  ideológico u otro. No se trata más de poder concebir 
                  y  
                  de luchar contra la explotación, guerra de rapiña, 
                  esclavitud, masacres. Nó, ahora se trata de la supervivencia 
                  de todo el planeta. No se trata de una crisis ecológica, 
                  sino de los últimos momentos antes del fin, de un demencial 
                  y criminal curso hacia el aniquilamiento total. (...) Las acusaciones 
                  que son expuestas aquí, no hacen más que honrarme. 
                  Ciertamente no he disparado contra la Cruz Roja, ni explotado 
                  a nadie, ni menos violentado a mujeres y niños... ¡Resignación 
                  y miedo es complicidad! ¡Contra la resignación, 
                  pensar lo impensable! ¡Contra el miedo, aprender el valor!" 
                  En la actualidad Marco está preso en la cárcel 
                  de Novara, cumpliendo la condena dictada por el Tribunal de 
                  Massa, donde espera - además - la finalización 
                  de un proceso que se le  
                  sigue por su presunta pertenencia a la Organización Revolucionaria 
                  Anarquista Insurreccionalista (ORAI), una organización 
                  fantasma que sólo existe en la imaginación del 
                  fiscal romano Antonio Marini. Este fiscal (uno de los máximos 
                  inquisidores del anarquismo peninsular) ha presentado contra 
                  nuestro compañero cargos que van desde robo a mano armada 
                  y atentado dinamitero hasta secuestros y homicidios. Además 
                  pende sobre su cabeza la extradición a Suiza.  | 
               
               
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