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"Las prisiones son una parte más de la esencia represiva de todo Estado, no hay que olvidar la parte que nos toca a lxs que aún seguimos en la calle.

No podemos ver las cárceles como algo aje-no a nuestras vidas, cuando desde temprana edad hemos sido cond-icionadxs a no romper las normas, a seguir una normalidad impuesta; el castigo siempre está presente para lxs que no quieren pasar por el aro.

En el trabajo, en la escuela... domesticando y creando piezas para la gran máquina, piezas que no se atrevan a cuestionar o que no tengan tiempo para hacerlo.

Hemos sido obligadxs a crecer en un medio hostil donde es dificíl desarrollar nuestros propios deseos.

La rebeldía brota de algunxs, otrxs simple-mente se acomodan en la mierda, tapando sus frustraciones con lo que le dan quienes antes les despojaron de todo. O viendo sus problemas como algo aislado, único y personal.

Para lxs que no tragan o no se adaptan al gran engaño ahí tienen sus cárceles, reformatori-os, psiquiatrícos ... creados por los que no quieren ver peligrar las bases de su falsa paz.

No podemos ignorar la lucha de lxs compañe-rxs presxs.

Su lucha es nuestra lucha."

[comunicación directa]


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LA SUCIA HISTORIA DE FRANCESCO "SIRBONE" CATGIU.

Reproducimos amplios estractos de una carta que Francesco Catgiu escribe en 1990 al entonces director de "La Nouva Sardegna", obviamente nunca publicada en el periòdico. Estimado director, recurro a su periòdico para expresar, una vez mas, a la opinión pública consciente de las vejaciones sufridas por los presos en las diversas cárceles; no quiero dicutir la necesidad de la expiración de la condena, sino del tratamiento que nos tiene reservado contra todo principio de salvaguardia de la dignidad que vuestra constitución representa tan bien. Sin embargo, para expresar la idea, estoy obligado a citar mi caso personal, en cuanto de este tengo buen conocimiento, y algun otro al que he ayudado directamente. Me llamo Francesco Catgiu y he sido detenido el 3 de Marzo de 1984; padezco claustrofobia, enfermedad que en la carcel se ha agravado posteriormente. He ido tirando hasta cuando no he sido acometido por una violenta crisis de afixia en la noche del 9 de Enero de 1988. Estaba entonces en la cárcel de Rebbibbia (Roma), sección G-12; y bien no he sido socorrido hasta despues de que toda la sección donde yo estaba y especialmente la del piso de arriba respondieron energicamente e hicieran intervenir a los carceleros. Algunos dias despues el neurólogo, por escrito en el historial clínico, daba disposición para que la puerta blindada de la celda quedase abierta, ademas de asistencia inmediata en caso de crisis repentina. El dia 14 del mismo mes el Consejo Disciplinario, contra toda regla e ignorando tanto la ordenanza del neurólogo como la afirmación del director del G-12, segun los cuales a los pacientes aquejados de claustrofobia no podran estar retenidos en las actuales estructuras carcelaris, dispuso llevarme a la celda de castigo: ¡DOCE DIAS DE CASTIGO!.
Fue en este momento que dije lo que pénsaba, es decir, si no habrian decidido hacerme el mismo fin que el pobre Antonio Altona de Buddusò (que, si no recuerdo mal, su periódico ampliamente ha documentado en su momento). Este joven fue dejado morir con un cinismo impresionante; preso de una profunda crisis depresiva en la que se golpeaba continuamente contra la pared, ininterrumpidamente desde las 22 hasta las 2 de la mañana siguiente. El centro clínico estaba muy cercano, por lo tanto los carceleros no habian hecho demasiado esfuerzo para llevarlo; por el contrario, habia incluso quien lo exhortaba a ahorcarse. A las 7 de la mañana, ya cadaver, escenificaban su ingreso en el hospital. Durante una llamada intervenida entre mi hermana y yo denunciaba ya sea el comportamiento que habian tenido hacia mi asi como el homicidio (asi me exprese) de aquel muchacho. A continuacion de mi llamada, que fue grabada y es más, en esa ocasión estaba acompañado de un carcelero sardo para que no escapase nada de lo que decia, fui por un cierto periodo objeto de peticiones para comunicar por parte de personas que ni siquiera conocia. Este hecho provocó mi traslado de Rebbibbia a Spoleto. De hecho el 18 de Marzo voy conducido, esposado y también en este caso transgrediendo a las disposiciones del neurólogo; de hecho, en cuanto entré en el furgón celular me desmaye y recobré el conocimiento solamente despues de llegar, es decir cuando para quitarme las esposas debieron usar una sierra ya que el comandante en jefe de escolta, Cosentino, una vez me puso las esposas consideró oportuno "perder" las llaves. De la estancia en Spoleto no me extendere; diré solamente que por causa de mi enfermedad me han caido una veintena de denuncias. Desde Spoleto soy trasladado a la cárcel de Sollicciano de Florencia, donde inicia otro calvario. En efecto, despues las celdas de castigo y módulos donde poco se concilia mi enfermedad con los espacios estrechos, de estos vuelvo al centro clínico. Pero despues de una quincena de dias el comandante en jefe, no teniendo en absoluto cuenta de mi historial clínico, el que repito, resulta conforme entre la mayoria de médicos profesores el estado de mi enfermedad, me traslada al departamento judicial, donde entre las crisis continuas y subsiguientes castigos ha permanecido hasta el 5 de Noviembre de 1990. Solo despues de tener la posibilidad de una comunicación con mi abogado, despues que consiguio hablar con un responsable, vuelvo por tanto de nuevo al centro clínico, donde el 2 de Mayo del 91, con la ocasión de la visita de la comisión de Investigación (en el lugar), denuncio a los señores que forman parte de la comisión, dificulta en vano del comandante jefe, los absurdos y atropellos que allí sucedian. Aqui me teneis de nuevo en el judicial, todavia en una pequeñisima celda con el parecer contrario del Dirigente Sanitario y del psiquiatra de la cárcel. Desde el 28 de Mayo he iniciado una huelga de hambre, ingeria solo líquidos, esperando que alguna cosa sucediese y alguien pudiese escucharme. No pretendo pecar de victimismo enumerando los sufrimientos, los estados de ánimo y otros, solo digo que estoy muy cansado....
Francesco concluia esta carta señalando varios hechos de palizas a detenidos italianos y extranjeros e incluso a enfermos; como los golpes a un preso epiléptico, usados como terapia corriente. De Sollicciano fue trasladado a Livorno, donde se repiten episodios similares a los precedentes, llenos de castigos y relativas denuncias. En aquella cárcel, finalmente, despues de un enfrentamiento verbal como consecuencia de una de las recurrentes crisis, ha sido primeramente apaleado por los carceleros y luego puesto en aislamiento por la dirección, en una condición absolutamente insoportable para él, en contra de su voluntad. Por último el traslado a Novara, sección especial.
Trasladado en ambulancia en condiciones bestiales, anestesiado con sucesivas inyecciones y esposado con las manos y los pies al cuello, "asistido" por alguien en bata blanca el cual a cada despertar le suministra una inyección de quien sabe que. En Novara se ha despertado de manera consciente unicamente despues de tres dias, en otra celda de aislamiento. Ahora debe estar en la única celda de esa sección que de mala manera alargando el cuello se puede ver algun tejado de los edificios no muy distantes de la cárcel. A pesar de todos los padecimientos Francesco no pide favoritismos, sino simplemente el traslado a una cárcel "normal" donde la habitabilidad sea posible para el.espaciando un poco mas de la angosta estrechez de las celdas especiales. Una colonia penal es todo lo que pide, para poder prescindir de esas dosis diarias de valium que ya rondan la decena, y que lentamente lo estan destruyendo el físico. Llegado la anterior primavera a Novara, el caso yace todavia en los cajones de los honorables, honestos, limpios, humanísimos señores que suelen erguirse a ejemplo de humanidad y rigor moral, ademas de sanos principios!.

TEXTO DE UN DOCUMENTO QUE ESTA CIRCULANDO EN SARDEGNA:
A bastantes años de distancia de la publicación de este artículo, la situación de Francesco "Sirbone" Catgiu no ha mejorado en absoluto, sea por lo que concierne a las condiciones de salud, bien por las condiciones de prisión.
Mas bien, para ser mas exactos podemos decir empeoradas; de hecho el continuo repetirse de las crisis, que lo llevan a ser violento tanto consigo mismo como con los otros, han hecho que, con el paso de los años, acumulase numerosas denuncias por parte de los que (teoricamente) habrian tenido que ayudarlo a reinsertarse en la sociedad.
Por tanto, despues de diversas intervenciones en público (en las diversas TV, periódicos nacionales y regionales) por parte de médicos especialistas, directores de cárceles, magistrados y tantos otros "personajes" mas o menos interesados en los hechos (los resultados demuestran lo fuerte que era la preocupaciºon por las condiciones carcelarias tanto de Francesco Catgiu, como de los otros presos en general!!!). Sirbone ha sido sometido a posteriores controles de los cuales se han hecho resultar que sus condiciones de salud son compatibles con la cárcel.
Hace algunos años, por un breve periodo de tiempo Francesco habia sido trasladado a una cárcel donde tenia la posibilidad (o "privilegio"?) de poder ver el horizonte a traves de los barrotes de su celda. Extrañamente, a lo mejor gracias a la "pequeñisima abertura hacia el exterior", este fue el único periodo de tiempo de todo su encarcelamiento, en el que no ha tenido ninguna crisis, por consiguiente, ninguna denuncia.
Sin embargo despues de las visitas de varios "expertos", que han aprovechado para mostrarse con toda su profunda humanidad, el habitual juez de vigilancia progresista ha tomado la decisión de trasladarlo a una cárcel en la que los espacios demasiado estrechos han vuelto a llevar a "Sirbone" a una condición física cada vez mas crítica y precaria.
Despues de 16 años de rígido encarcelamiento, desgastado dia tras dia por la enfermedad y por las pésimas condiciones a las que son sometidos los condenados en la dura prisión, Francesco "Sirbone" Catgiu continua su calvario; en la última etapa está en la cárcel de Sulmona!.

APELLO:
Invitamos a los lectores a solidarizarse con Sirbone Catgiu, enviándole quizas una sola tarjeta a la cárcel especial de Sulmona, donde está aun recluido. Tarjetas de protesta pueden ser por el contrario enviadas directamente al director de esta cárcel y al Director General de las Instituciones de Prevención y Castigo en el Ministerio de Gracia y Justicia de Roma.

Traducción extraida de SU GAZETINU DE SA LUTA KONTRAS A SAS PRESOES Nº 0
Para contacto: Constantino Cavalleri, Via Melas 24-09040 Guasila (CA).
Traducción:Estrella.
Lamentamos las seguras erratas de sintaxis de la traducción.