DESDE OTRA "PRISIÓN"
DE ALGÚN LUGAR
Antes que nada, explicar las razones del porqué
no fuí a declarar a la Audiencia Nacional el 8 -Nov - 2000,
pese a mi no implicación en las acciones de las que soy
acusado, y pese a que es fácil demostrar mi "inocencia"
al respecto de la inacabable lista de "atentados" a
los cuales se adjudica mi paternidad.
Explico mi acto como una acción de rebelión contra
la patética farsa en la que se me ha involucrado. Me niego
tajantemente a declarar o a argumentar mi "inocencia"
frente a los infames prevaricadores de la versión demócrata
del Tribunal de Orden Público. A los nuevos fascistas y
có,plices de la tortura de la toga, no hay nada que argumentar,
ni discutir, ni hablar. Me reafirmo plenamente en estos planteamientos.
Todo lo que han publicado los periódicos Diario 16 y el
Mundo, es mentira en lo que a mí me incumbe. Ni era, ni
soy, ni seré "jefe" de ninguna "célula
terrorista"; ni vivía en Barcelona, ni tengo ningún
"primo ejecutivo" (que yo sepa). Al contrario, sí
que vivía en una vivienda okupada en lavapiés (Madrid);
sí que fuí juzgado y condenado en febrero de 1998
por okupar otra vivienda en Madrid y detenido en Abril del mismo
año cuando, junto a un compañero y a otra compañera
más, realizaba pintadas cuando "militaba" en
la asamblea del colectivo K.R.A.; asímismo conocía
a Eduardo y Estefanía, y hacía tiempo que rompí
lazos con ambos, por diferencias y cuestiones que sólo
a nosotros nos incumben e interesan. Está de más
repetir que no formaba ningún "comando" con ellos.
Mi situación es ambígua, y soy consciente de ello.
En la lengua italiana, existen dos términos para definir
la clandestinidad. Me encuadro en el segundo de ellos, aquel que
define mi situación de estar escondido en contra de mi
voluntad, en cualquier lugar, y muchas veces no de la manera que
desearía.
Pero no es fácil "vivir" de esta manera, y ya
sólo el mero hecho de sobrevivir, es ya todo un logro,
sobre todo cuando uno no sólo ha sido condenado por policías,
jueces y periodistas, sino que además por la práctica
totalidad del movimiento que agita la solidaridad como bandera.
No quiero solidaridad hipócrita, fácil y barata.
La solidaridad es algo que va más allá de la mera
acción destructiva (que nunca mata ni destruye nada además),
es un compromiso de constancia y seriedad contínuo para
con los compañeros represaliados y sus familias, ya estén
presos, huídos o procesados.
La solidaridad es llegar al fondo de las problemáticas
sociales que desencadenan las respuestas populares, que son las
que sufren continuadamente la represión. Y llegar al fondo
es convivir con estas problemáticas en primera persona,
no como entes abstractos que sólo actúan cuando
se acuerdan de que otros (no ellos) están sufriendo y deciden,
a años luz de las luchas y sus gentes, poner "bombas"
que huelen a caridad cristiana más que a acción
revolucionaria consecuente.
La crítica es dura, en los ambientes radicales está
mal vista, y quién se auto-critica, se desarrolla a partir
de la negación de planteamientos que tras ser razonados
considera erróneos, y con ello critica también otras
prácticas, es tachado de sectario, de iluminado, de teórico
de salón, y condenado al ostracismo, negada la solidaridad
con su lucha particular y en lógica consecuencia con las
problemáticas sociales.
Este ha sido mi caso. En mi trayecto de estos últimos meses,
he visto y oído de todo; quizás no haya sido el
esperado por el imaginario colectivo al respecto de la clandestinidad,
pero es necesario decir que nadie ha estado aquí para indicarme
el "correcto" camino a seguir.
De errores se aprende, negándolos y evitando que se repitan
se avanza, y buscando en los aciertos (que también ha habido)
la continuidad de un proyecto de lucha revolucionario y libertario.
Ahora lo que más me interesa es ignorar las patrañas
y calumnias de los "radicales"; y buscar complicidades,
desde mi delicada situación, con las que junt@s podamos
criticar, auto-criticar, discutir y avanzar en la intensificación
de los escasos conflictos sociales que aún perduran en
el estado español de la lucha contra el "terrorismo"
y en la Europa Unida del aniquilamiento de la disidencia, y buscar
las formas de, pese a estar escondido, involucrarme en primera
persona en estos conflictos, y, por supuesto, seguir luchando
en la conquista de esos medios que garanticen la estabilidad y
la respuesta para con las situaciones represivas (cárcel,
clandestinidad, procesamientos). Huelga decir de qué medios
hablo.
Libertad para todos los presos, clandestinos, represaliados y
para todos los luchadores y rebeldes de las cárceles sociales!!!
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José Manuel Rodriguez Dominguez, JEVAS. 22 años.
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