Hartos de que el reloj
cutre del capital nos marque las horas y los minutos de nuestras
vidas es imprescindible que demos un golpe de timón revolucionario
y nos organicemos para no seguir hipotecando nuestras vidas
al tipo de interés que les de la gana a los secuaces
del capital.
La okupación, malditos reformistas, no
puede seguir siendo una cuestión de folklore urbano:
no se trata de construir ni uno, ni dos, ni mil centros culturales
alternativos y guais donde todo hijo de modernillo se monte
su conciertillo o su grupo de teatrillo, illo, illo. Hay que
hacer de la okupación una afilada herramienta que se
situe en la vanguardia de la lucha contra la miseria cotidiana
que nos inflinge el capital, y ¿donde mayor miseria que
en el tema de la vivienda?: necesidad y derecho ineludible que
acaba (o empieza) por chupar el 60% de los ingresos del proletariado.
¿Cómo hacerlo? se pregunta la
desmuñida masa: ¡Con OKUPASA!
OKUPASA
es una iniciativa para poner en contacto gente sin casa con
grupos de vecinos y vecinas, redes anti-especulación
y casas sin gente en general. Okupar para vivir y para re-vivir,
para ir a dormir todas las noches o para organizar una guardería-koljovs
para los camaradas enanuelos...
En Madrid y en conexión con la Red de
Lavapiés ha empezado el baile. No habrá cuartel
ni cuartelillo.
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